jueves, 26 de mayo de 2011

80.porra de mayo 2006

PORRA DE MAYO 2006
TEMA: EL CAMELLO Y LA AGUJA



Minificciones que obtuvieron la mayor cantidad de apuestas de los porristas



Primer lugar:



“Recompensa inesperada”

de  Lechuza

Don Nicanor Buendía se hallaba perdido; por muchas vueltas que daba no descubría las puertas del Purgatorio, donde según su juicio, habría de ingresar. Y es que él no había sido tan perverso como para ir al Infierno.
Iba y venía atravesando nubes pero siempre se topaba con la entrada del Cielo; un portón enorme de color azul con un cartel de letras doradas que decía: PUERTAS DEL PARAÍSO, BIENVENIDO.
Harto de deambular sin resultado, decidió pulsar la campanilla del Cielo; al menos alguien le daría las señas para llegar a su destino.
La puerta se abrió suavemente y ante él, majestuoso y esplendente, apareció San Pedro.
— Hola —saludó retraído el hombre—, yo buscaba el Purgatorio... o quizá el Infierno.
—¿Y por qué? —dijo el santo acariciándose la barba.
— Porque soy millonario —replicó el otro— y ya sabe: es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico en el Reino de los Cielos.
—¿Ah, sí? ¿eres rico? Entonces muéstrame tus riquezas —exclamó San Pedro.
—Bueno, aquí no tengo nada que mostrar... yo era acaudalado pero... —tartamudeó Nicanor
—¡Ajá!, eres pobre, entonces, como todos; nadie se lleva nada cuando fallece, por mucho que posea. Y eso es lo que quiso revelaros Jesús, pero vosotros, hombres necios de poca fe, nunca comprendisteis sus parábolas.
Entra Nicanor, te esperábamos hace mucho y tú correteando por ahí estúpidamente —enunció el venerable dando un suspiro.


“Cuento inconcluso (Camelleando)”

de  Chester Truman

Trató de escribir una historia sobre camellos que pasan o no pasan por los ojos de las agujas, de ricos que entran o no entran en el reino de los cielos, de cosas así... Pero no hubo manera, no era su tema, no estaba muy convencido respecto a la existencia del reino de los cielos, le daban grima las agujas, no creía en otros ojos que no fuesen los de su amor, esos ojos que le parten el iris en cuatro partes, cuando le miran, así, de arriba abajo, sin avisar, como un rajarse las venas con el filo de la luna llena… Respecto a los camellos ¿Existe otro animal más absurdo que el camello? Sí, claro, la jirafa y el topo, en ese orden, pero ésa ya es otra historia.
Y dejó de escribir, pensó por unos instantes en los ojos, en aquellos ojos que ya no le parten el iris en cuatro partes, y se acurrucó al final de la hoja, como una siniestra crisálida, a la sombra de la palabra “Fin”.

Segundo lugar:
“Así pasó”

de miriam chepsy

La aguja arroja su fina sombra sobre la arena. A cada instante se agranda más y más, hasta que su ojo dibuja una larga elipse en la duna. A lo lejos se acerca un camello solitario; mira ese gran aro en el suelo, penetra dentro del trozo de desierto atrapado por la gigantesca línea oscura, se echa y permanece allí, inmóvil.
Un suave viento moviliza las finas partículas. El animal se hunde de forma casi imperceptible y por fin, sólo queda el vacío. Entonces la sombra comienza a achicarse lentamente hasta desaparecer.
Ya nada interrumpe la dorada extensión infinita.
“Historia de un camello católico y apostólico”

de Lechuza

Érase una vez un camello fantasioso, —que había pertenecido a un devoto católico y conocía varios dogmas cristianos—que soñaba que se metía por el orificio de una aguja sin esfuerzo alguno.
El ungulado despertaba con una sonrisa en su hocico y, cuando recordaba el sueño, más y más reía, echando espumarajos por la boca mientras pataleaba sin querer inclinarse.
Su dueño, un califa del país de Gabú Ku, no entendía la algarabía del animal, así que ordenó a sus criados que lo dejarán a su cuidado y se dedicó a fustigarlo con violencia para volverlo dócil. Sin embargo cuanto más lo azotaba más alborotaba el camello, atestando sus caros ropajes de babas.
—¡Qué tanto bramas camello infiel! —gritaba furioso el jeque.
Y el bicho, que entendía el lenguaje humano en varios idiomas, le contestaba entre bufidos y salivazos:
— ¡Azótame si es tu deseo, arréame si así lo quieres, pero ten por seguro que tú nunca entrarás en el Reino de los Cielos, sin embargo yo sí que he pasado por el ojo de una aguja!
Pero el mandatario, que no comprendía el berreo camélido, continuaba su disciplina de fusta, ignorante de su atroz destino eterno.

Ganadores de la porra: Mosqueado, Denderotis y Boris

Concurso 80. Mayo - 2006

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