lunes, 4 de septiembre de 2023

Porra de diciembre de 2020

 PORRA DEL MES DE DICIEMBRE DE 2020

TEMA:

El erotismo en la minificción

La porra es una votación interna donde los propios ficticianos eligen de entre los textos de sus compañeros ―y sin posibilidad de seleccionarse a sí mismos― aquéllos que consideran de mejor factura.


PRIMER LUGAR (COMPARTIDO)

TANGÓ

Inspiración

De repente nos miramos y noto que por tus ojos acecha el arrabal.
    —¿Cómo te llamás? —Me atrevo a preguntar.
    —Malena. —Me sorprende tu voz de alondra.
    Como un destello íntimo, como un espasmo lírico se deprende de mí la melodía y se introduce en el escote de tu blusa, huele en tus pechos el olor a madreselvas, se adhiere a tu piel, resbala por la seda de las medias y acompasa tu paso presuroso.
    Aligero el andar pero vas tomando distancia envuelta en la neblina de una llovizna gris. No pude alcanzarte. No quise alcanzarte.
    Tu nombre será canción.

SIMBAD

El francotirador


Observó desde la azotea lo que ocurría detrás de la ventana. Con aplomo, puso el ojo en la mira, ubicó al objetivo y apuntó al corazón. Lentamente acercó el dedo al gatillo hasta hacer contacto y sentir el punto exacto que marcaría el final. El pulso se aceleró cuando ella empezó a desnudarse. Quiso darse un momento para disfrutar de aquel cuerpo que pronto estaría inerte, de su torso sin amarras, de esos pechos expresivos que hacían temblar su mano. Vio su cara inocente y ajena a lo que estaba por ocurrir y le concedió el plazo necesario para deshacerse del pantalón y de la minúscula prenda debajo de él. Una gota de sudor resbaló de su frente. Atónito ante lo que veía, se lamentó de su pasado y del futuro, de no haberla conocido antes y de acabar con ella sin compartir un momento, sin abrazarla ni recibir sus besos, sin probar sus delicias ni escuchar su voz y sintió envidia por quien disfrutaba de sus favores. Antes de arrepentirse, apuntó de nuevo, apretó con fuerza y cerró los ojos. Fue más fácil matar a su padre que privarse de intentar gozar a la que iba a ser su madrastra.

LAFITTE

Pronto alivio

El largo padecimiento me obligó a solicitar una consulta con esa doctora, considerada milagrosa por sus terapias poco convencionales. Era mi última esperanza. Cuando llegué, la sala de espera estaba abarrotada. Minutos después, una cautivadora mujer cubierta por una túnica azul surgió del ascensor. Contoneándose entre nosotros, parecía flotar sobre los zapatos altos de los que surgían unas piernas de ensueño, envueltas en medias de seda. Mientras avanzaba al ritmo de la música, aquella silueta curvilínea saludaba con una sonrisa a cada paciente, hacía un diagnóstico rápido y, si el caso era grave, se desprendía de una prenda y se la entregaba con un beso. —Aquí está su medicina —le decía con gracia antes de atender al siguiente. Cuando llegó a la puerta del consultorio levantó los brazos en señal de victoria y, mientras aplaudíamos a rabiar, nos regaló una inolvidable panorámica de sus atributos antes de desaparecer. Todos los que hasta poco antes sufríamos de la desoladora disfunción nos empezamos a retirar, satisfechos por el inusual tratamiento y orgullosos de la ostensible prominencia que los más recatados procuraban disimular al llegar a la calle.

PSEUDÓNIMO

El coronel ya no tiene quien le escriba

La columna, comandada con habilidad por el coronel, fue recibida con júbilo; se abrió camino entre la tupida vegetación y penetró en el territorio desconocido y virgen sin encontrar oposición. La huella que dejó a su paso llevaría su apellido más tarde. Luego de una estadía de varios meses, otras aventuras y conquistas requirieron de su intervención y abandonó la plaza, mas nunca la olvidó. Aquel lugar le traía recuerdos imborrables: al sur, las dos hermosas pilastras, pórtico de entrada al cañón que recorría con asiduidad, el montículo y el bosque húmedo, pletórico de vida, tibio y acogedor lugar que frecuentaba a menudo; el valle, en donde tantas veces descansó su cabeza de preocupaciones y fatigas; las imponentes montañas con sus manantiales hacia el norte, por donde paseaba casi todas las noches. Durante años mantuvo correspondencia con la idea de volver algún día, para recorrer aquellas veredas entrañables, dar sosiego a sus inquietudes y saciar su sed, hasta que se enteró que por descuido, aquellos dominios que antes fueron suyos, estaban ahora en manos del enemigo.


Ganadores de la porra: FERNANDO IRA Y PSEUDÓNIMO

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