jueves, 7 de septiembre de 2023

268. Marzo 2022

CONCURSO CCLXVIII
TEMA: Pequeños lectores, minificciones para niños



PRIMER LUGAR
PITÁGORAS

Turiki

En mis viajes por el universo conocí mundos extraños y misteriosos, pero ninguno tan peculiar como Turiki. Era un pequeño planeta en forma de cubo perfecto, y cada una de sus seis caras tenía un color distinto. Daba vueltas en todas direcciones, para recibir la luz de un diminuto aunque muy brillante sol. Sus habitantes, también pequeños, me recibieron con mucha amabilidad y fui llevado ante su rey. Él me contó que era uno de los seis monarcas que había en el planeta, pues cada cara del cubo era un reino independiente. Fue curioso enterarme de que nunca habían visto a sus vecinos. Se comunicaban a gritos a prudente distancia de las orillas, ya que temían caerse si se acercaban demasiado a los bordes.

Estuve ahí más de cien días, que duraban como cuatro horas de las nuestras. En tan corto tiempo, ellos debían hacer lo que nosotros hacemos en veinticuatro, por lo que siempre andan de prisa y apenas se hablan entre ellos. Su vocabulario no tiene más de doscientas palabras y su alfabeto solo consta de nueve letras. Cuando les enseñé un libro y empecé a leerlo, no podían creer que hubiera cosas tan maravillosas afuera de su mundo. Tampoco se imaginaban cómo podíamos habitar un planeta redondo como la Tierra. La sola idea de vivir sobre una pelota enorme les daba risa.

SEGUNDO LUGAR
HÉCTOR

Celebración

Para el cumpleaños de Pablito, compraron una piñata grande con forma de gallina. Cuando le asestaron el primer palo, la cuerda se rompió y, para sorpresa de todos los presentes, la piñata echó a correr en zigzag agitando las alas, dejando caer dulces por el patio, lo que provocó la risa de los niños, que corrían también, pero detrás de la gallina, recogiendo los caramelos, ante la incredulidad de los adultos por una escena tan insólita. Al quedar vacía de golosinas, la gallina logró emprender vuelo.

TERCER LUGAR
PEPE LE PEW

Hambre de letras

Corrían rumores en la escuela de que Pablo era un monstruo y nunca supimos la causa. Era inteligente, educado y un ávido lector. Ahora que lo pienso, tal vez esta era la razón: decían que devoraba los libros.

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