MARCIAL FERNÁNDEZ
MÓNICA VILLA
Mónica Villa |
Hija de una familia nómada, su infancia y adolescencia transcurre en distintos países
(Gran Bretaña, Chile, México...) y diferentes ciudades (Cuévano, por ejemplo), lo que la lleva a estudiar filosofía, en particular el pensamiento del obispo irlandés George Berkeley. Así, del esse est percibi decide dedicar sus mañanas a la fotografía, y sus noches, a la traducción de obras clásicas. También le gusta cosechar coles, berenjenas y especies exóticas, ordenar el mundo con un temple pitagórico y descubrir que todo es más hermoso sin mentiras.JOSÉ RAÚL SANTOS
José Raúl Santos |
Hijo de médicos y músicos, desde temprana edad se dedica a la computación, al fútbol y todo tipo de actividad divertida. Disfruta del cine, los viajes extensos, el café, la filosofía, los libros de asesinatos y los gatos. Es un gourmet consumado y un enólogo de altura. Hombre de paciencia casi infinita, es experto en el manejo de mujeres conflictivas, a las que no sólo tranquiliza, sino que las hace felices. Con un excelente corazón, sentido del humor y aguda inteligencia navega por la vida buscando causas nobles en las que participar de la forma más discreta posible. Como Director General de Informática Asociada, proporciona todo el soporte técnico para la creación y crecimiento de Ficticia y funge como anfitrión de la misma.
DIEGO GARCÍA DEL GÁLLEGO
Diego García del Gállego |
Treinta y siete años de vida (casi todos en el Distrito Federal); 21 como futbolista llanero (en la misma liga, en cuatro equipos y casi 2 000 goles recibidos); 15 como artista plástico (contados desde la primera exposición colectiva en una galería comercial); 10 transcurridos desde la primera muestra individual (De furores. Historia de un pervertido) y cuatro desde la última (Wreckage/Pecios); Siete trabajando como editor (ya es hora de tomar un sabático) y un número indefinido en otras actividades (estudios de filosofía y escritos sobre futbol) que no alcanzan los méritos suficientes para ser ubicadas en el tiempo. Hace unos minutos comenzó a fabricar su próxima exposición: Lynceus. Museo retórico y naufragio de la vista.
SOBRE FICTICIA Y EL CONCLAVE
Ciudad Ficticia, 6 de noviembre de 1999.
Se funda en internet una comunidad literaria en lengua castellana para cuentistas y lectores. Escritores, artistas plásticos e ingenieros en computación, hoy inauguran en www.ficticia.com una ciudad virtual de historias y narraciones
Nicolás Gamboa ~Reportero
El concepto, tal y como lo concibieron sus hacedores, es novedoso. Se trata de una ciudad virtual, comunidad literaria de cuentos e historias escritas en español, a la que se entra vía navegación por internet sobre el mapa de Ficticia, cartografía que cuenta con una metrópoli, iglesia, hospital, bar, zona espacial, mar, playa, estadio, entre otros lugares propios de cualquier urbe. Así, por ejemplo, si el viajero se detiene en el hotel, en la pantalla le aparecerán narraciones eróticas, de amor y odio, romances. Si, en cambio, el internauta aprieta el click del cementerio, los relatos serán de fantasmas, vampiros y muertes...
En entrevista, los creadores de Ficticia, que hoy se funda en la dirección www.ficticia.com, el escritor Marcial Fernández, el ingeniero en sistemas José Santos, el artista plástico Diego García del Gállego y la fotógrafa Mónica Villa, señalan que la idea es que la "ciudad" se convierta en un punto de encuentro, discusión y promoción de cuentos y cuentistas de hispanoamérica, de obras y autores tanto profesionales como aficionados que quieran adoptar este espacio como propio para dar a conocer su trabajo en la red.
José Santos, encargado de la estrategia virtual del sitio, indica que su "mayor preocupación era que Ficticia fuera un lugar de fácil acceso, de manejo muy simple por los navegantes no versados todavía en el uso de internet, que la ciudad se pudiera ver y leer en cualquier tipo o marca de computadora, y que la navegación se realizara de manera rápida, además de atractiva". Puntualiza: "durante un mes, mientras se revisaban galeras, estuvimos probando todos estos puntos para que la página no tuviera una sola falla en la red, cosa que logramos en un alto porcentaje".
En la parte arquitectónica de Ficticia, Diego García del Gállego asienta una "una ciudad en la que a todos les gustaría vivir. Y es interesante el proyecto porque, pues el concepto mismo de ciudad se renueva constantemente, es como un animal vivo que se regenera y degenera de acuerdo a los impulsos de sus habitantes. Además, en algo en que todos estuvimos de acuerdo es en trabajar en la red de manera artesanal, y todos los dibujos que aparecen en Ficticia están hechos a mano".
Mónica Villa, encargada del diseño global de la comunidad, dice que "el objetivo es combinar la idea visual del sitio (un lugar cálido para estar frente a la pantalla), la mejor lectura de los textos (presentación de los escritos) y que cada autor se sienta satisfecho con el lugar que habita en la ciudad".
Ficticia.com es una propuesta independiente, sin ningún patrocinio oficial o privado, de entrada libre y que también ofrece servicios de café literario (para la discusión de diferentes temas), tablero de anuncios (para que los ficticianos anoten sus presentaciones de libros, exposiciones, premios, etcétera) y un libro de visitantes para registrar opiniones en torno a la ciudad.
unomasuno 6/Nov/99
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Ficticia aparece citada en el prólogo que Raúl Brasca ha hecho a su libro recopilatorio de minificciones "DE MIL AMORES - Antología de microrrelatos amorosos" publicado en 2005 por Thule Ediciones S.L. (www.thuleediciones.com)
En concreto dice:
"No falta tampoco el aporte de las dos mayores cofradías virtuales de la microficción, el Círculo cultural Faroni (España, www.literaturas.com) y Ficticia (México, www.ficticia.com) que llevan años de constante y exitosa labor como difusores del género"
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EDITORIAL DE JULIO DEL 2001
Empezó el verano en Ficticia. Y como en todas las grandes ciudades, aquí también la comunidad se puso a trabajar para recibir a los visitantes. Por ese motivo, a solicitud de varios interesados en la creación y el estudio del cuento breve, más aún, de la minificción, se ha construido para esta época y para todo el porvenir una Marina que da acogida a un taller permanente de este género literario.
Los viajeros, de esta manera, que arriben a nuestras costas con fines de intercambio de conocimientos, palabra por palabra, cuento por cuento, cuento por crítica y/o comentario, discusión enriquecedora de cualquier índole dentro del universo de la letra, lo podran seguir haciendo en sus barcos de grandes vergas y largos vientos en el Puerto Libre, mientras que, para los gustadores del velero, de la moto de mar o de la lancha de carreras, se creó la nueva Marina.
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EDITORIAL DE AGOSTO DEL 2001
Una Marina hizo verano. O mejor dicho: el verano en la Marina de Ficticia ya será eternidad. Tal sitio (ver Editorial de Julio) abrió sus muelles el mes pasado para, por un lado, equilibrar el tráfico de cuentos en el Puerto Libre; por otro, llevar a cabo ahí el taller-concurso-homenaje Edmundo Válades, propuesta y coordinación del doctor Alfonso Pedraza, un sitio exclusivo para la escritura, lectura y estudio de la narrativa hiperbreve, también llamada minificción, ficción súbita, cuento brevísimo o historia literaria encapsulada, en ampoyeta o de cabeza de alfiler.
La Marina, de esta manera, según los textos publicados, leídos y comentados tuvo una buena aceptación en la Comunidad, por lo que se decidió su existencia ad infinitum o, por lo menos, hasta que la vida y los recursos de los dioses de Ficticia (que esperamos eternos) permitan seguir colocando las estructuras para que los ficticianos, también tocados por el halo de divinidad literaria, tengan otro punto de encuentro dentro de la ciudad.
El concurso en sí que propuso el doctor Pedraza ya dio resultados: tres primeros lugares, a Alfonso Goya, Luis Torregrosa y Federico Jiménez, respectivamente, y menciones honoríficas a Satori, Alez Sanarte, Luis Armando A., Jorge Pardo y de nuevo a Luis Torregrosa. Los jurados por certamen, asimismo, fueron Marcial Fernández, la española Lola Díaz (Tequila) y el argentino radicado en Brasil, Fabián Piñeyro (Yerbabuena).
Pero lo más significativo de estos tres concursos, y de todos los que están por venir, es que los premiados no reciben más estímulo que ser, ellos mismos, quienes ofrecen con harta generosidad un premio a Ficticia: su talento traducido en una o varias minificciones, lo que encaja a la perfección con la filosofía de nuestra comunidad: es más placentero dar que recibir. El que pide es, generalmente, un limosnero al que todo le falta; el que regala, un millonario al que todo le sobra, trátese de intelecto, imaginación, talento, creatividad o lo que se quiera.
Para tales escritores, pues, a partir de la actualización de Agosto habrá en la Marina una Tómbola de cuentos breves que acogera a todos los textos premiados, minificciones que cambiarán día a día como en el Portal de Entrada, el Cementerio o el Circo de Ficticia, entre otros lugares de la Ciudad.
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Las exposiciones, talleres y concursos de narrativa breve e hiperbreve que se celebran tanto en el Puerto Libre como en la Marina de Ficticia siguen viento en popa y el Cónclave los seguirá apoyando y promoviendo. Invitamos, pues, a todos los ficticianos a hacer uso de tales dominios como de las demás áreas de nuestra ciudad que, independientemente de ser la más visitada de la red, ahora busca más que siempre no traicionar la calidad por la cantidad.
jurados del concurso 70. Julio - 2005 (4º aniversario)
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