miércoles, 16 de marzo de 2011

75. Diciembre - 2005

CONCURSO LXXV  DICIEMBRE - 2005


JURADO: LA PORRA DE FICTICIA


TEMA: EJERCICIOS DE ESTILO


Ejercicios de estilo


GANADORES:


ZOROASTRO


Matar a Bécquer


Cuentan los libros sobre los que buscaban oro... y su fiebre.

Cuentan los diarios de Buenos Aires sobre los cartoneros... y su hambre.

Cuentan los viejos de una ciudad ficticia, que por las noches, los payadores y los poetas iban por las calles hurgueteando la basura de los ficticianos en busca de cacofonías; se llenaban los bolsillos de vocablos tales como amaba, atada, soñado, jugado.

Ajenos a esto, los escritores permitían corregir sus textos a los "ilustres", quienes les proponían diferentes opciones provocando el descarte de más palabras, ayudando así, sin saberlo, al éxito seguro de algún festival de poesía o de una serenata romántica.

Nadie sospechaba; los ficticianos no acudían a ningún evento poético, y seducían a las mujeres con otras artes, sin guitarras y sin balcones.

Un tal Dorrego, caminando solitario por el barrio prohibido, reconoció algunas de sus cacofonías desechadas y se quedó escuchando la serenata; una mezcla de bronca, de indignación y de odio le recorrió el cuerpo. Con suclásica ironía, la noche siguiente, sacó a la calle una bolsa llena de apellidos polacos donde se podía entrever también la palabra indio.

Se recuerda todavía, un silencio sin rimas posibles envolviendo los arrabales.

ERASMO


A la deriva


Desembarcó en La Marina con suscuentos e historias. En ellos raptaba princesas, mataba a hombres malos, viajaba de la luna a Marte en dos segundos y sonreía con la dentadura más brillante jamás vista. Navegaba por aquellas procelosas aguas con la soltura de un corsario ganador, de un héroe, de un mito. Hasta que un día escribió un cuento tan largo y rebuscado que quedó atrapado en sus propias letras.

Hoy navega a la deriva, flotando sobre un paréntesis, perdido entre vocales y consonantes.


RAY LEO


Refugio II


A veces me pregunto cuales son los muros que sostienen esta casa. Los muros vivos, refiero. Definitivamente, no somos una familia normal. Entre tener una esposa puta que te ponga los cuernos con el vecino y tener a Dévora, que me los pone con sus ardillas disecadas, la diferencia es asumible: pequeños matices. Que el hermano de Dévora, Domenico, mi cuñado, pasee como un monstruito de serie B con su zanahoria entre los dientes, vago, insomne, sucio como un cerdo y bufando por las esquinas, demuestra que esta familia no tiene marcha atrás. Hace tres días que el BMW fucsia de Nancy yace aparcado frente a la casa, dándole a la entradita de nuestro hogar un aspecto de burdel de carretera. (Nacy es hija deDévora: del padre no hay noticias ciertas, se dice que fue uno de los atracadores a los que la poli acribilló cuando el atraco a la gasolinera de Fredy, hace 10 años). Ayer le dije a Doménico que sus andares me recordaban a los de un rinoceronte, e igualmente le indiqué las instrucciones precisas para lavarse el cuerpo“Si te da grima meterte en la ducha, lávate por parte, cerdo cabrón”, le dije. Quería provocarle, que me levantase la mano y entonces hundirle el cráneo a puñetazos. Pero no hubo manera. El muy cabrón sabe que sólo su docilidad le mantiene en esta casa, casa que contemplo tras mi pipa mientras me pregunto cuales los muros que sostienen este puto hogar.


FINALISTAS


DON PABLOS


Imagina


La ardilla juguetona exhalaba amplias bocanadas de humo de su pipa Doctor Plumb. Manipulaba el atacador de la cachimba con verdadero virtuosismo, prensando y desprensando el tabaco, rascando los bordes de la cazoleta para dar fuste al paso del humo, atizando las brasas… Luego, poniendo los morros en forma de “uve”, fabricaba figuritas de humo en el aire: círculos, cuadriláteros, poliedros ¡Incluso unafigurita con forma de zanahoria! Al rato, digo yo que harta de juguetear con el artefacto, dejó la pipa sobre el buró, tomó las llaves del coche y se largó, subida en su BMW fucsia, camino del bosque, supongo. Dicen que allí conoció a un rinoceronte, con quien mantuvo relaciones, dizque más sexuales que sentimentales, lo cual se explica por la escasa afinidad intelectual que existe entre una ardilla y un rino. Dice papá que todo eso son historias, que no me crea nada, que la ardilla jamás condujo un BMW, que a lo más que llegaba era a coches de segunda mano, Austin y cosas de esas. Qué sé yo. A mi me gusta creer que hay vida más allá de mis cuatro paredes.


CHAJARA


Cabales deducciones


—Mamá, ¿por qué ese rinoceronte conduce un automóvil fucsia?

—Cariño, es un BMW, es su coche... ¿ves? Va por esa carretera larga; quiere llegar a casa de su amiga la ardilla.

— ¿Y por qué come una zanahoria?

—Tiene hambre. Mira, ya ha llegado ¿Ves a la señora ardilla?

—Sí...tiene algo en la boca... ¿por qué tiene una pipa en la boca mamita?

—Está fumando. Está apaciblemente sentada a la entrada de su casa; esperaba a su amigo Rino, ¿ves cómo se saludan?
—Pero esto es una estupidez. Los rinocerontes no conducen; no caben en un coche, ni comen zanahorias. Y las ardillas no fuman. ¿Sabes? prefiero a la Pantera Rosa.

—¡Ah!, ¿entonces tú crees que hay panteras de color rosa?

—Claro mami... sólo que ella hizo lo mismo que tú.

—¿Lo mismo que yo?

— Sí, tu pelo antes era negro y ahora es rojo.


ALFALFA - Alfonso Pedraza


El chino chupiro


—¡Chíspate chino que viene la chota! —cuchichea Chente.

El chino, chamaco chimuelo, machuca sus mechas con una cachucha chorreada como sus cachetes. Chamarra y huaraches que están pa´chillar. Es chupiro de banda que atraca por Chapultepec.

El Chente es chilango, un chef que chambea en la charcutería “El lechón choncho”. Chaleco chapeado dechaquira y choclos de charol. Es cuate del chino desde que lo cachó, de pura chiripa, chupando su chemo en una casucha de Chimalhuacán. No quiere que el chino se chingue el pulmón y le dice:

—Vuelve a la chinampa. Ponte a talachear. Allá en Xochimilco te esperan tu choza y los chongos de Chayo, esa chalupera que te afloja el chon, entre chuparrosas y cempasúchil en flor. Comerás chilaquiles, chayotes con chícharos, chichicuilotitos y cachos de amor.

Y el chino muy chispas —ya chole, mi chente. Mi abuelo muy chocho, teporocho el pá y sin lancha pa’ cachar la trucha. Mi madre chupada, sin leche en las chichis pa’ criar ocho chilpayates que chillan como cochinitos que van a achicharronear, lucha noche a noche matando las chinches que invaden suchal. Es mucho tu choro mi chente, déjame en la chorcha, pásame la bacha, déjame chemear.

El chino se marcha. Chente se queda chato, con dolor dechoya y piensa —esta nochebuena ¿pa’ qué he de rezar?


ALFALFA - Alfonso Pedraza


Llido


Llido es gris, tierno y tímido.

En los corrillos donde se conoce del hechizo, del defecto y el dolor de ser diferente, le dieron ese mote.

Es de noche. En el cielo, entre el rostro pletórico y redondo de Selene, emerge el perfil del lobezno sobre el cimero rocoso. El torso rígido como esfinge, el cogote erecto, y en el hocico, de entre los níveos colmillos sólo se le oye gemir —no tiene voz de lobo— como un triste perro.

Entonces, Llido corre, se pierde entre el frío y los olores verdes de ese entorno nemoroso donde sólo se percibe el cricrí de los grillos y por fin el silencio.


SABA


El canto que Odiseo jamás oyó


Nació con el síndrome de la sirena. Los médicos le separaron las piernas. Por la noche, se ahogó entre las sábanas.


18_17_01


Leído en el libro de visitantes


Para huir de la costumbre, inventó una vida ficticia. En ese puerto libre se sintió seguro, pero murió ahogado en el café literario. Su bitácora sólo habla de una minificción flotando en la marina.


LUCAS K


Brindis por Julio


Célebre entierro el de Julio; entre tonos de luto, músicos y deudos hicieron su kermés. El muerto en su hoyo, los crímenes con él. Y es que Julio no fue querido ni querendón (sentimos, con todo, su muerte), sino ¿cómo decirlo?: Bruto. ¡Justo el mote! ...Y crímenes, lo que se dice crímenes serios, no cometió.

Incluso diré quehizo lo posible por ser bueno: fiel esposo, progenitor de ejemplo y todo eso. Pero feo, feo como perro con moquillo. No, siendo bien sincero, no. Lejos de un Eros, sin dotes..., pero no menos que tú o yo. En el fondo, sólo ese defecto que tuvo siempre desde niño: impedido en dicción, ni un sonido pudo decir en su existir, y eso le puso siempre como enemigos quienes tuvo en derredor.

2 comentarios:

  1. Sigo coleccionando micros de excepción!!!
    Gracias

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  2. Necesito leer ese libro de visitantes... Tá muy bueno.

    Bueno, todas están muy buenas. Mañana iré de paseo y llevaré una historia de estas en cada oreja.

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