martes, 29 de marzo de 2011

89. Febrero - 2007


CONCURSO LXXXIX   FEBRERO 2007


JURADO: SILVIA PRATT


TEMA: LA MUERTE



La muerte

PRIMER LUGAR:


ROSA DELIA


Entre los cuerpos


Diminutas, como de mosca, sus patas me acarician; mi cuerpo, entre cacharros y basura, yace en lóbrega humedad. La araña baja y sube por mis párpados cerrados, besa mis labios y en el caracol de mis orejas, se tiende -por vicio- a dormir. Medito en los artefactos que habitamos el lugar: lluvia, gusanos y hierba silvestre; flores de invernadero que sólo por algún tiempo vinieron a dejar los otros; oscuridad y silencio atropellado por el sonido del tren que pasa a un costado del cementerio: un muro lleno de cuarteaduras. La arañita ha hecho apacible la estancia. Por un momento pienso en aplastarla, pero mis manos son de trapo. Su telaraña abriga mi soledad.


SEGUNDO LUGAR:


VLADO


Palomas en retroceso


El anciano sentó sus huesos en el mismo banco de siempre, bajo el olmo con el que compartía vejez y soledad. Sacó media barra de pan duro de una bolsa y usó esta para guardar las migas que iba desmenuzando con la parsimonia que da la costumbre. Las primeras palomas aparecieron en el rito matutino, picoteaban entre la grava a la espera de su maná habitual. El brillo de la navajuela las espantó en revuelo prófugo.

—Mejor —se dijo, con un leve repliegue de acordeón en su sonrisa cansada—. Hoy no es día de palomas.

Levantó la mirada para ver cómo el sol empezaba a pintar el cielo y la tierra con los colores de un nuevo día. Las migas en la bolsa empezaron a teñirse. Su muñeca, sin prisa, lloraba el resto de su vida.


TERCER LUGAR:


Q.J. DADÁ


Dolce vita


Reconforta pensar que, tras la monótona muerte, aún nos quedará un pasado más o menos esplendoroso por delante.


Q.J. DADÁ


Escena final


Corrieron tras la muerte y murieron en plena carrera: la muerte les pasó por encima. En el suelo sus siluetas, una leve bruma y un par de deudas a punto de caducar. A lo lejos, la sombra de una guadaña y un hilito de risa, entre patética y condescendiente.

Ya de fondo, fundido negro y un inevitable “The End”.


LANCELOT


Paradoja Mortal


La Muerte regresó al pasado para ayudarse a sí misma con eso de las pestes y las guerras de los grandes imperios. Al llegar, descubrió que había viajado al futuro, para ayudarse a sí misma con eso de las pestes y las guerras de los grandes imperios.


LANCELOT


El Principiante


—Eres el segador de almas ... ¿podrías adecuar tu imagen?

—Lo siento Señor...es mi primera vez.

Abochornada, la Muerte arrojó la quijada de burro y tomó la guadaña de Caín.


CUARTO LUGAR:


LIRÓN


Labores de salvataje


Despertó del sueño borrascoso de la siesta y, desperezándose, abrió la puerta que daba al balcón. Aún, abotargado, se asomó por la baranda y fue entonces que la vio: era una muchacha de largo pelo color miel que se debatía en mitad del paseo peatonal, luchando contra la furiosa corriente del gentío dando brazadas desesperadas e inútiles. A veces, su cabeza se perdía en ese mar revuelto.

Él tenía que hacer algo, de modo que se sacó la camisa de un tirón y lanzando lejos las viejas alpargatas se arrojó sin demora desde el tercer piso. Cayó al fondo, pero pronto pudo subir a la superficie, agarrándose a un poste del alumbrado. Allí, dando boqueadas para poder respirar mejor, estuvo un rato, luego volvió al océano y con decididos braceos comenzó a buscarla.

Más de alguna cachetada o puntapié de ese mar encabritado recibió; también chocó en más de una oportunidad con rocas que curiosamente se parecían a las espaldas del señor Torres o a las de un viejo vendedor de coca colas. Incluso, el oleaje, lo arrojaba hacia otros lugares como cuando lo llevó a un quiosco de diarios empujado por una ola muy parecida a la pierna derecha de un oficinista. Pero su empeño pudo más y, casi exánime, dio con ella. La abrazó y de esa manera, a remolque, arribaron hasta un islote en forma de banco de plaza. Una vez ahí se dio cuenta que no había nada que hacer: la chica apenas respiraba y bien pronto dejó de hacerlo.

Mientras nadaba de regreso a su casa, iba llorando. Los graznidos de las gaviotas le semejaron risotadas burlescas de los desocupados de siempre.

QUINTO LUGAR:


COMENTE&TOR


El relevo


Las presencias me asustaban por la noche merodeando en la soledad de mi cuarto: producían ruidos extraños, me tocaban los pies.

El día que dejaron de asustarme, empecé a vagar por los rincones, haciendo sonidos tenebrosos y buscando unos pies para tocarlos.


EDAKOS


Donde la muerte no es bienvenida


Construyó una casa sin puertas ni ventanas con la esperanza de dejar fuera a la muerte. Y lo consiguió: el distraído cadáver nunca logró poner pie adentro.

Resultado de la Porra 89. Febrero - 2007

4 comentarios:

  1. Me gusta mucho la historia intimista de Rosa Delia. ¿Hay algo más íntimo y duradero?

    La paradoja mortal también me guiña su ojo, o cuenco vacío.

    Por supuestos, el resto de las minis también matan de buenas.

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  2. Esto de revolver y volver a ver en el Arca, tiene belleza y sorpresa como este relato de Rosa Delia, que resulta de una ternura inexplicable.

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  3. Todas son excelentes, en especial la de Rosa Delia es extrañamente, como bien dice Sapo, tierna...

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  4. Gilberto Marti (Ferjaad)31 de marzo de 2011, 12:01

    Sí. Rosa Delia y la prosa poética que tanto me gusta. El ambiente en el texto de Vlado me gustó. Muy buenos todos los textos.

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