lunes, 7 de marzo de 2011

66. Marzo - 2005

CONCURSO LXVI – MARZO 2005


JURADO: SILVIA DELUCCHI


TEMA: HIPERBOLE


Hipérbole



PRIMER LUGAR


FALUYA


La soledad del navegante frente al ordenador


Ya hacia el final, cuando el día se pone barroco de verdad, uno, yo, tú, no sé, fatigado ante el ordenador, fatigado por la luz y el trabajo, te dispones a la lectura de algún relato de geométricas metáforas, hurgas entre los guiones de otras vidas, husmeas el rastro fluorescente de adjetivos, olfateas subordinadas, rastreas entre los tatuajes y los piercings de las palabras (eso que hemos dado en llamar signos de puntuación) como si uno, yo, tú, no sé, no tuvieses la cueva (eso que hemos dado en llamar alma) claveteada, tatuada y alicatada hasta las cachas. Otro, yo, tú, no sé, alquimista solitario del sexo virtual, a esta misma hora, recorres el laberinto de algún chat palpando espejismos en la penumbra tersa y titilante de la pantalla, mirando como si mirases entre los visillos a otros espíritus que desde lejos mirarán también entre visillos, buscando todos salvar las muelas en medio o al extremo de una vida que no os deja respirar de tanta realidad que la galopa. Y todos, yo, tú, no sé, conseguimos llegar hasta el final (de este día por lo menos) y cerramos los párpados, incluido el de la máquina, y salimos de un teatro para entrar en el circo por el que quiera llevarnos el túnel, el sueño, los sueños, la noche, el laberinto.

Es la hora de recomponerlo todo, ojalá que la única llave que cierres esta noche, sea la llave del gas.


ORMUS


Madreperla


La tarde se hace fría contra todo lo esperado. Te metes a un café para entrar en calor. En la mesa de al lado hay una muchacha. Se hacen guiños, intercambian teléfonos. En quince meses te da el sí. Al nacer el segundo niño descubres al amante, así que te das a la botella. Para cuando el cometa Halsterpeeinaster pasa dos micras más cerca de Urano, desconcertando a los científicos del observatorio del monte Caterva, ya estás viviendo en un burdel, pintando y escribiéndole odas al can-can. Te declaran loco, te internan. Aprovechas una falla en la seguridad del manicomio para escaparte a un monasterio. Hallas la paz y compones un disco que nunca sale al mercado. Esto irrita a los monjes, así que te expulsan. Regresas a la civilización, ¿y qué es lo primero que haces? ¡buscar a tu puerca esposa para intentarlo de nuevo! Así que haz el favor de ahorrarme todas esas lágrimas y ponte un suéter antes de salir.


LAGARTIJA DE PLATA


Cuentos simples, simples cuentos (3)


Érase una vez una mujer simple, una de ésas mujeres como tú, como yo, amante de erradicar la mugre de raíz, de ésas que desmancha a los niños a mano antes de remojarlos por doce horas, de introducirlos uno a uno en la lavadora con detergente, cloro, abrillantador de colores y suavizante bastante para que no se les estrague la piel. Una mujer corriente, amante de las cosas bien hechas, que entre el primer y segundo aclarado saca a orear a sus niños bajo la luna y una vez lavados y centrifugados los deja secar al sol, para que huelan a aire, a luz. Una de esas mujeres como tantas, tú, yo, mi madre, la tuya, de ésas que planchan con almidón en polvo arruga por arruga, que pliegan a los niños con primorosa simetría y perfuman con espliego los dobleces antes de guardar la ropa en el armario: cada prenda en su cajón, cada cajón en su hueco, cada hueco con un niño dormido que no despertará hasta la próxima primavera, cuando toque de nuevo sacudir la casa y lavar el ajuar. Una mujer simple pues, como tú, como yo, amante del orden y la ropa limpia.


MENCIONES:


FERJAAD


Arimán


Cuando el ruido terminó quedamos envueltos en la oscuridad. La falta de luz era tal, que no sabíamos si teníamos los párpados abiertos. Una voz dijo: “Encontré cerillos”. La débil llama nos atrajo y de las tinieblas emergió un círculo de rostros deslumbrados. Unos prendimos las luces; otros, salieron a los pasillos. El resplandor fue propagándose en cadena por todo el edificio. Había voces alegres que comentaban acerca de los que bajaron a la calle. Desde las ventanas vimos avanzar la serpiente de luz por las avenidas; iba contagiando de fulgor edificios, callejones y semáforos. Sobre la ciudad las nubes resplandecieron con tintes naranjas de lámparas mercuriales.

De pronto, otra vez el zumbido en el horizonte y el apagón. “¿Dónde está el de los cerillos?”, preguntó una voz delgada que se iba quebrando. “Creo que se quedó afuera”, respondió un niño. La mujer sollozó ruidosamente. Nadie logró recordar la ubicación de los apagadores. Poco a poco nos fuimos callando. El silencio me dolía en los ojos, en la piel. Sentado en el piso me puse a recordar las nubes anaranjadas, deseé con tanta vehemencia mirarlas de nuevo, estaba tan concentrado que, sólo más tarde, cuando sentí que yo era la mujer y el niño y el piso, escuché una voz que había dicho: “¿De dónde viene el resplandor? Es hermoso”.

Ahora estamos juntos, en la luz.


IMPAL


Estridentrismo


Colérico, avienta trazos asimétricos en el lienzo. Los colores destellan violentos sobre un fondo ocre fragmentado. Al cuartearse la tela empieza a despedir un olor nauseabundo. Las figuras abstractas deambulan por la pintura inflándose. Poco antes de que su cuadro estalle en medio de extravagantes sonidos, el artista sale de huida.


EN SLÿCKS DE PANA ROJA - José Luis Sandín


 El científico creador


Paladeaba el último trago de ron, cuando su artefacto implotó: la casa fue absorbida en un instante, la ciudad en un segundo, la tierra en no más de un minuto; el universo en seis días. De acuerdo a lo predicho, al final del séptimo, se produjo el big bang.

Resultado de la Porra 66. Marzo - 2005


4 comentarios:

  1. Todas las minis están de diez. Mi preferida: "Cuentos simples, simples cuentos". ¿Quién será Lagartija de plata?

    Saludos.

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  2. Me sumo a tu voto de preferencia, Gabriel, y me pregunto lo mismo, ¿quién será la lagartija plateada?

    Y en verdad, las hipérboles también parecen que hacen crecer mucho a las minis. Muy buenas todas.

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