Lucía Casas Rey

Semblanza de  Lucía



“Se dice de mí...
Se dice que soy fiera,

que camino a lo malevo,
que soy chueca y que me muevo
con un aire compadrón,
Y ocultan de mí...
ocultan que yo tengo
unos ojos soñadores,
además de otros primores
que producen sensación”

(Milonga de Pelay/Canaro)

Lucía camina, algunas veces, con estiletos sensuales e incómodos que, a pesar de las molestias,  sus placeres le dan; pero otros días anda descalza, con los pies libres y atentos, en busca de historias, de secretos, de rostros y expresiones, de sentimientos y pasiones. Curiosea, indaga, husmea y también, reconozcámoslo,  espía  vidas de otros, que terminan no siendo tan de otros porque ella se las apropia por el solo placer de vivirlas, aunque más no sea por un momento.

Ella dice que  de eso se trata ser actor sobre un escenario o escribir cuentos: que consiste en ponerse los zapatos de otros, aunque sean alpargatas o borceguíes, zapatillas de punta o chinelas. Aunque aprieten o se pueda bailar con ellos la danza del fuego. Ella tiene esas manías, pero es feliz.