Eduardo Olivares |
Nació una noche de noviembre de 1967 - a la mitad del partido de Campeonato Necaxa- Guadalajara
para desgracia de su padre - en el Hospital Militar de México, D. F.
Eduardo es un escritor autodidacta por vocación y necedad. En parte debido a que creció en Minatitlán, Veracruz; rodeado de moscos, grillos, un calor infernal y plátanos machos fritos; y en parte también por los libros que leyó - muchos libros -, los cuales alimentaron y exacerbaron su visión de la vida - de su propia vida -.
Sensible, apasionado, violento y mordaz, Eduardo ha incursionado también en la poesía - recientemente fue incluido en la antología 100 poemas/100 poetas del Aniversario XI de la Sección Cultural de el periódico El Financiero - así como en todo tipo de textos indefinibles y concienzudamente polémicos.
En cuentos e invenciones similares, se ha hecho acreedor a varios premios interesantes y hasta ha croniqueado, reporteado, traducido y suspirado ante los regaños de editores como Huberto Batis que en plenas oficinas del mítico Sábado lo calificó como " El Terror De Las Redacciones".
Inquieto e incansable, también ha organizado lecturas públicas en bares y parques nada más para ver qué cara ponen los sufridos escuchas. En este momento es colaborador permanente y aferrado de publicaciones tales como Unomásuno y Viceversa, entre otras.
Sus textos son viscerales, emotivos y profundamente humanos. Después de leerlos o escucharlos sólo se puede sentir un extraño dolor de tripas. Baste leer las páginas del inconseguible Cadáver Brillante (1996), o las historias de Cuentos del Cuervo (1998) coeditado por la revista Generación y El Hijo del Cuervo.
Eduardo Olivares Morales inició el camino hacia sí mismo hace muchos años, a través de la escritura, y en esa búsqueda seguramente emprendió un camino sin retorno...
Epílogo a cargo del sujeto de marras:
" Creo en el poder del caos como vínculo enriquecedor de la vida. Creo en los Hackers y en sus patanerías ociosas. Creo en la inteligencia inútil y pasada de moda. Creo en no creer en nada, y aun en esto, no sé qué creer. Pero me divierto, en lo que llega la muerte - sea en un momento o en 50 años -: escribo y aprovecho la ingenuidad silenciosa del papel para consagrar los dictados de mi furia y volatilizarme a la par de este mundo materialista y engreído. Quisiera pudrirme con el universo entero. Quisiera desaparecer y acabar con todo a mi paso. Y también quisiera que nada de lo mío y de los demás sea tomado muy en serio, porque si soy honesto, lo que más me interesa en este momento es ir a dormir; para descansar y para soñar que no soy la pesadilla de un Dios Idiota..."
Jurado del concurso 7. 10 - Septiembre - 2001
Jurado del concurso 26. 10 - Abril - 2002
'...soñar que no soy la pesadilla de un dios idiota'. Sí, poder soñar que jamás seremos Macbeth rogando 'apágate, apágate ya fugaz candela'.
ResponderEliminarQue tengas razón Eduardo.
Pero no nos pongamos tan solemnes: quiera Dios tengas razón ja ja. Y a escribir ahora cuando es el día, que la noche es bella pero oscura.
Patricia, de acuerdo en no ser tan solemnes, que ésto de la minificción es un divertimento contínuo. Gracias por comentar
ResponderEliminarCreo en el poder del caos como vínculo enriquecedor de la vida. Creo en los Hackers y en sus patanerías ociosas. Creo en la inteligencia inútil y pasada de moda. Creo en no creer en nada, y aun en esto, no sé qué creer.
ResponderEliminarcreo que eduardo es increible. no hay mas descripcion es una persona con un criterio muy amplio y mas que eso creo que se le puede considerar un gran amigo
Creo que Eduardo es igual que muchos hombres pero a la vez es único y entrañable...
ResponderEliminarla ficticia es para gente de alto estadio mental yo solo he conocido uno eduardo olivares -ya lo vivi de su propia conciencia hay mucho nivel
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