PRIMER LUGAR
FEDERICO JIMÉNEZ
Desolado
Me enterraron con una moneda de plata bajo la lengua, como manda la antigua tradición; pero, cuando la barca quebró la espesa niebla, Caronte, se negó a subirme argumentando que los tiempos habían cambiado y que, ahora, sólo aceptaba dólares. Tuve pues, que atravesar la laguna estigia a nado; gesta que no hubiera conseguido si no fuera porque, a cada brazada, la lujuria me alentaba a continuar. Me imaginaba inmerso en aquel mundo de continuas bacanales orgiásticas, envuelto por el sulfúreo ambiente y el libidinoso desenfreno; dotado del rabo largo y juguetón que siempre deseé tener y me fue negado en vida. Sin embargo, una vez arribado al infierno, tras la audiencia que todos los recién llegados tienen con Satán, nuestro amo y señor, me fue asignada la funesta misión de cuidar a Cerbero.
¿ Saben ustedes qué se siente al haber sido condenado, durante toda la eternidad, a recoger excrementos de perro?
MENCIÓN HONORÍFICA
IDEM
Un infierno conocido
El dolor de tripa era la confirmación que la borrachera de la noche anterior daba la cara.
Con resignación fue al baño y sentándose en la taza esperó bajar a los infiernos para más tarde encontrar la paz.
Con resignación fue al baño y sentándose en la taza esperó bajar a los infiernos para más tarde encontrar la paz.
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