CONCURSO XXXI FECHA: 30 – MAY – 02
JURADO: AGLAIA
TEMA: FICTICIANOS ILUSTRES
PRIMER LUGAR
F.C. PEREZCARDENAS
007, En el café (fictiensalada)
La atmósfera impregnada de humo y de etílicos vapores me indica que estoy en el tugurio correcto. Los gritos de los parroquianos y la música ranchera ayudan a que mi entrada pase desapercibida. Marcial me eligió para esta misión secreta porque, además de teatralista y chido, soy detective. Como hoy es noche de concurso, me dijo esta tarde, seguro encontrarás ahí al culpable. Identifícame a ese cabrón.
La pudorosa intercambia amigables comentarios en la mesa de los aduladores, mientras los malaonda tratan de convencer a la coscolina de que se levante la falda. Al fondo puedo distinguir un monaguillo tratando de jalar a la bailarina hacia dentro del baño, donde el superdotado trata de producir una obra realista. Los filósofos sólo observan, muy serios.
Trepado en la barra, un viejo conocido habla interminablemente acerca de gárgolas, hasta que un tipo enfurecido se le acerca gritando: ¡Ya bájate, que me tienes hasta la madre! Nadie no lo puede creer: se trata del buen Jorge Pardo. Quien ahora nos espeta: ¡Y ustedes qué me ven, imbéciles! Quedo atónito. A mis espaldas, una dama cargando un gato me aclara, dulcemente: no os preocupéis, niño, es un clon. Me retiro confundido y derrotado. Jamás descubriré quién le robó el sombrero y el bastón a mi jefe.
EL MISTERIOSO
Alexia
Desde una mesa apartada del bar donde aquellos hombres bebían, Alexia, que fumaba con lentitud, les contemplaba a través de una pared de humo, y sus ojos recorrían uno a uno a los 3 sujetos, que sin saberse observados platicaban acerca de ella.
-Supongo que es mujer de armas tomar. –dijo el hombre más viejo.
Alexia inclinó sus ojos verdes hacia el cenicero y recordó los primeros días cuando había conocido a aquel hombre; sintió que algunas palabras llegaban hasta su paladar y ahí las detenía.
-Ella no necesita de armas, ella en sí misma es un arma. –dijo el sujeto que no vestía traje.
La pared de humo se fue resquebrajando y dejó entrever un rostro delgado y pálido que lanzaba una mirada resuelta. El hombre que no había hablado ni una sola frase comunicó discretamente lo que halló en una de las mesas del fondo y deslizó su mano derecha bajo el saco.
-Si te mueves un poco más disparo. –le dijo el sujeto de chamarra negra y el hombre dejó quieta su mano, Alexia, a la distancia, comprendió lo que sucedía y huyó por la puerta trasera.
PORNOLE
Josear
El punto era este: yo-quería-chupar.
Y no iba a chupar cualquier cosa, por eso apenas lo vi a Rangel comencé a meterle ideas en la cabeza... el gato ron ron, ron ron, ya pues, canta.
Don Pollón llegó con un cigarro grande que se parecía a un hábano y me indicó valientemente que él podía memorizar más palabras por minuto que yo cuando estoy concursando conmigo mismo.
Le juré que podíamos intentarlo. Hugo se sentó livianamente y se reía de cualquier cosa.
¿Cómo apareció el ron no sé? Don Pollón comenzó a sacar palabras de su cigarro y me pregunté si era el cigarro o su cabeza la que poseía la memoria.
Había perdido la certeza y Don Pollón se comenzó a reír.
- Eres joven, te gusta hacer el ridículo.
Decidido a presionarle la nariz con los nudillos le pise los pies y lo tiré al suelo.
- ¡Cuidado! ¡Agárrenlo!
Hugo tomó el biberón-trofeo, lo llenó de ron y me lo puso en la boca en medio de llanto, risa, no sé.
Y no iba a chupar cualquier cosa, por eso apenas lo vi a Rangel comencé a meterle ideas en la cabeza... el gato ron ron, ron ron, ya pues, canta.
Don Pollón llegó con un cigarro grande que se parecía a un hábano y me indicó valientemente que él podía memorizar más palabras por minuto que yo cuando estoy concursando conmigo mismo.
Le juré que podíamos intentarlo. Hugo se sentó livianamente y se reía de cualquier cosa.
¿Cómo apareció el ron no sé? Don Pollón comenzó a sacar palabras de su cigarro y me pregunté si era el cigarro o su cabeza la que poseía la memoria.
Había perdido la certeza y Don Pollón se comenzó a reír.
- Eres joven, te gusta hacer el ridículo.
Decidido a presionarle la nariz con los nudillos le pise los pies y lo tiré al suelo.
- ¡Cuidado! ¡Agárrenlo!
Hugo tomó el biberón-trofeo, lo llenó de ron y me lo puso en la boca en medio de llanto, risa, no sé.
LUIS VILLA
Ficticianos ilustres y sus minis
Tanto pulió su mini que podía verse reflejado en ella. No se sintió decepcionado con lo que vio
Recordar es disfrutar. Felicidades a los ganadores...Rub
ResponderEliminarOh, si!! De acuerdo contigo...Rub
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