CONCURSO XXV FECHA: 30 – MAR – 02
JURADO: JAIME MESA
TEMA: EL DESEO FRUSTRADO
PRIMERLUGAR
CONCHITA
Cuestión de imagen
Siempre que se miraba al espejo la acuciaba el deseo...
Paseaba despacio las yemas de los dedos por los perfiles de su cara, jugaba distraídamente con sus cabellos y cerraba los ojos. Su fantasía le devolvía la imagen que ansiaba, la de una mujer hermosa, adorada por todos.
A medida que pasaban los años y las arrugas abrían caminos nuevos en su piel, aquel anhelo se multiplicaba.
Por fin, después de leer numerosos folletos y de consultar varias clínicas, creyó llegado el momento de detener los años sobre su rostro, devolviéndole una belleza que jamás había existido.
Pero el tiempo se paró definitivamente sobre su corazón y su deseo cabalgó para siempre, entre los vapores de un sueño que la anestesia convirtió en eterno.
Paseaba despacio las yemas de los dedos por los perfiles de su cara, jugaba distraídamente con sus cabellos y cerraba los ojos. Su fantasía le devolvía la imagen que ansiaba, la de una mujer hermosa, adorada por todos.
A medida que pasaban los años y las arrugas abrían caminos nuevos en su piel, aquel anhelo se multiplicaba.
Por fin, después de leer numerosos folletos y de consultar varias clínicas, creyó llegado el momento de detener los años sobre su rostro, devolviéndole una belleza que jamás había existido.
Pero el tiempo se paró definitivamente sobre su corazón y su deseo cabalgó para siempre, entre los vapores de un sueño que la anestesia convirtió en eterno.
GAETANO VERGARA
Fes paralelas
En tanto que desde Occidente la paralela pensaba: "Un día encontraré al compañero de mi vida", el círculo árabe seguía esperando que la montaña fuera a él.
MENCIONES HONORÍFICAS
GAETANO VERGARA
Slot machine
No le quedaba otra cosa que una moneda y el número del más estrafalario usurero de la ciudad, el único al que nunca había acudido.
Introdujo la moneda en el teléfono rojo fuego de la Estación Central y en el display aparecieron tres '8'. Descolgó y volvió a colgar el auricular esperando que el display marcara el cero. Pero los tres '8' comenzaron a relampaguear como un guiñar de ojos cómplices, y desde la boca abierta del aparato salieron centenares, millares, millones de monedas, como desde una tragaperras o una cornucopia. Ávidamente rellenó los bolsillos, la bolsa, los calcetines, los calzoncillos, la boca y el culo con aquellas monedas relucientes, lucidas y flamantes.
Lo encontraron el día siguiente, estrangulado y con los bolsillos, la bolsa, los calcetines, los calzoncillos, la boca y el culo lleno de piedras, pernos y pedazos de vidrio.
Fue difícil trasladarlo de la cabina roja de la estación central, porque su peso había casi redoblado por la enorme cantidad de material embolsado, introducido, insertado y ávidamente ingerido.
Introdujo la moneda en el teléfono rojo fuego de la Estación Central y en el display aparecieron tres '8'. Descolgó y volvió a colgar el auricular esperando que el display marcara el cero. Pero los tres '8' comenzaron a relampaguear como un guiñar de ojos cómplices, y desde la boca abierta del aparato salieron centenares, millares, millones de monedas, como desde una tragaperras o una cornucopia. Ávidamente rellenó los bolsillos, la bolsa, los calcetines, los calzoncillos, la boca y el culo con aquellas monedas relucientes, lucidas y flamantes.
Lo encontraron el día siguiente, estrangulado y con los bolsillos, la bolsa, los calcetines, los calzoncillos, la boca y el culo lleno de piedras, pernos y pedazos de vidrio.
Fue difícil trasladarlo de la cabina roja de la estación central, porque su peso había casi redoblado por la enorme cantidad de material embolsado, introducido, insertado y ávidamente ingerido.
MIRIAM CHEPSY
Lucha interior
Frente a frente, sus deseos cumplidos y no cumplidos se disponen a librar una lucha encarnizada.
Reflejando los avatares en el campo de batalla, su cara se tensa y se distiende, su boca sonríe o tiene un rictus amargo.
Al fin se duerme. Mañana sabrá, quizás, el resultado.
Reflejando los avatares en el campo de batalla, su cara se tensa y se distiende, su boca sonríe o tiene un rictus amargo.
Al fin se duerme. Mañana sabrá, quizás, el resultado.
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