lunes, 3 de enero de 2011

3. 30 - Julio - 2001

CONCURSO  III            FECHA: 30 – JUL – 01


 JURADO: FABIAN PIÑEYRO (YERBABUENA)


TEMA: LA PRIMERA VEZ



Desde la primera vez que te vi


PRIMER LUGAR: FEDERICO JIMÉNEZ


Traición


La encontré sobre la cama de mi compañero de habitación. Yacía desnuda, callada, insinuante. La piel barnizada de su torso moreno, y las formas sugerentes de su cuerpo sinuoso, despertaron en mí un exacerbado deseo. No debí hacerlo, lo sé, pero bien por bisoño, o por mi falta de genio, cuando quise darme cuenta ya mis manos la acariciaban. Supieron mis inexpertos dedos hacerla vibrar y arrancarle dulces gemidos. La besé, arrimé mi rostro a su pecho, la apreté entre mis brazos con tan desenfrenado afecto, que pensé se quebrarían sus frágiles huesos.

Cuando acabamos, ella quedó tumbada, en silencio, con su mirada arañada clavada en el techo; yo, por mi parte, sudando y maltrecho, me debatía entre la emoción de aquella primera experiencia, y el despecho por la traición al amigo.

Al día siguiente, me levanté temprano y, sin perder un minuto, fui a la tienda más cercana para comprar mi propia guitarra, la que, hasta hoy, ha sido mi única compañera.


MENCION HONORÍFICA: LUIS ARMANDO AGUILAR


Primer amor.


Después de sentir por primera vez mariposas en el estomago, aquel enamorado murió de indigestión.


JORGE PARDO


Primeros ardores


Teníamos 17 años. Nos escondimos en una casa próxima, pero deshabitada. Adivinábamos a la vez nuestros fogosos deseos, dimos cada paso con el ritmo deseado, gozamos intensamente de besos, caricias, remansos y arrebatos. La noche fue larga y lujuriosa, cálida y dulce.

Al despertar pensé: así será mi primera vez.

LUIS TORREGROSA


El mensaje


Carísimo dueño y hermano mayor: Me interrogas presuroso sobre esta primera experiencia y debo decirte que en tan agotadora tarea pierdo hasta la médula, por lo que sería de consideración por tu parte no apremiarme. De otro lado, el cambio ha sido notable al pasar de un juego de manos que era ya un hábito con su rutina y sus tiempos, a la delicada intromisión en casa ajena plena de detalles para mi goce y extenuación.

P.D. Aunque a mí me importe poco, creo que si la cubierta de latex tenía la finalidad de aislar a los lanceros del cubículo, has tenido mala fortuna: la susodicha había caducado.

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