41. Febrero - 2003

CONCURSO XLI - FEBRERO 2003

 JURADO: LUIS ARTURO RAMOS

TEMA: FANTASMAS

Fantasmas

GANADORES

 YEPES

Las partidas de ajedrez

Desde que mi madre enfermó no me apartaba de su lado. Nos entreteníamos jugando durante largas horas. Cuando agonizó en medio de una partida, juró volver para terminarla. Y volvió. Ahora, cada vez que le hago jaque mate, me suplica con ojos tiernos empezar otra más.

ERIC EL FANTASMA

En una guerra cualquiera

Kristoff despertó entre los cuerpos de sus compatriotas. A su alrededor, sólo la desolación tras la batalla. Deambuló sin destino por los bosques, huyendo de aquel olor a muerte. En la ribera de un arroyo vio a un muchacho vestido de uniforme, llorando. Se sentó a su lado.

—Soy Kristoff —dijo con la mirada hundida en el suelo.

—Yo me llamo Frediks y ya ahora te confieso que mi temple falló y escapé durante la contienda —respondió el otro, intentando inútilmente limpiar de lágrimas su rostro.

Viendo su estado lastimoso, Kristoff procuró consolarlo:

—No lamentes tu flaqueza: Yo mismo consideré la huída varias veces ante la crueldad de la lucha.

—No lloro por mi cobardía —gimió Frediks.

—Y entonces... ¿Cuál es tu congoja?

El chico contestó con los ojos empañados mirando hacia ningún lugar, al cielo:

—Desde el alba, las ánimas de los compañeros muertos se me aparecen, como si Dios quisiera con este mal castigar mi traición. A cada infortunado que se muestra, rezo una oración por su alma, tratando en vano que el Señor tenga piedad.

 —Terrible es lo que cuentas —musitó Kristoff impresionado—. Procura no cejar en tu fe y verás como el Misericordioso acaba escuchando tus plegarias.

Frediks asintió lentamente:

—Sí, eso es lo que todos vosotros me decís.

Se arrodilló y empezó a rezar.

SPECTRU - Amélie Olaiz, Dakiny

 Que ni la muerte nos separe

Estar cerca del árbol la llena de energía. Ahí grabaron juntos un corazón con sus nombres. Pero el Pirú tira mucha basura y Renata barre de prisa porque se siente ansiosa lejos de Antonio. Le gusta sobarle los pies para que se relaje. Después, sentada en la mecedora, con el vaivén arrulla la espera y dormita las deudas de noches en vela. Antonio, su marido, está muy enfermo.

Desde la semana pasada el nieto, que estudia medicina, se mudó a casa de los abuelos. Todos los días, al regresar de la universidad encuentra el patio limpio y un montoncito de hojas en la esquina donde el viento no llega. En la habitación del abuelo observa la huella que deja un trasero en la sobrecama. Entrada la noche escucha el rítmico rechinar de la mecedora. Por eso ya no quiere vivir ahí, dice que, desde que murió la abuela, en esa casa espantan.

EFECTO MARIPOSA - Rubén Pesquera Roa

Otros tiempos

A lo lejos se escuchan los gritos estremecedores de la Llorona, que impreca al cielo por aquellos hijos masacrados. Todos se miran confusos, seguros de que la muerte ya no significa lo mismo que antes de la Positrónica... y ningún robot comprende lo que otrora fueron “los hijos”.

VETUSTA MORLA 

Aviso oportuno

Se solicitan fantasmas para devolver capacidad de asombro.
Interesados, favor de presentarse sorpresivamente.