CONCURSO CCXI
TEMA:
Niños
Oskar Kokoschka - Niños jugando, 1909 |
Inocentes
Salen por la noche, solos, en la obscuridad, caminan tomados de la mano y a paso muy lento, en ocasiones corren. Juegan al rehilete, a las adivinanzas, al avión con los brazos extendidos y dejándose ir en picada para salvarse en el último segundo. Antes del alba les gusta esconderse detrás de las cruces y de las piedras que llevan su nombre y la fecha en la que perecieron.
SEGUNDO LUGAR
CHESTER TRUMAN
El francotirador
Ya de pequeño era un niño inquietante, de esos que te fulminan con la mirada.
TERCER LUGAR
ÁNGEL AZUL
CUARTO LUGAR
MALVADISCO
QUINTO LUGAR
ESLEONGO
Un día de trabajo con papá
Hoy comienzan las vacaciones y estoy emocionado; mi corazón retumba como si anduviera salta y salta dentro del pecho. La casa huele toda a café y pan recién horneado. A mí no me gusta el café, pero me encanta sentarme en las piernas de papá para que me convide.
Mientras vamos caminando, papá me dice que si tengo dudas, pregunte.
-Papá, ¿somos gigantes?
-¿De dónde sacaste semejante idea, chiquito? -replica mientras esparce las nubes, pule los anillos de Saturno o pone más color naranja al Sol.
CUARTO LUGAR
MALVADISCO
Enmascarado
El hijo mayor recibió una máscara por su cumpleaños. Entre miradas de envidia, se probó el obsequio. Alborozado, fue a mostrársela a los niños de la plaza que, a rostro descubierto, debían enfrentar el próximo ataque con gas sarín.
QUINTO LUGAR
ESLEONGO
El regreso
Cada vez que abro el desván donde se guardan las escobas y los traperos, me acuerdo de mis juegos con Picata, mi amiga imaginaria cuando niño. Allí me escondía con ella, qué linda era. Algunos cucarrones que yo recogía en el patio, los colocaba en fila para que les pusiera nombres y les conversara. Nos encantaba estar ahí porque nadie nos veía; y, si alguien llegaba a abrir la puerta quedábamos ocultos detrás, protegidos por la oscuridad. Preciso hoy que volví al desván, me encontré con una anciana canosa y arrugada que no reconocí de entrada, pero luego supe que era Picata porque sacaba cucarrones de sus bolsillos.
El fallo y los comentarios de Luis Alberto Chávez Fócil, en la Bitácora de la Marina.
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