Javier Reséndiz, "Lobo" |
Javier Reséndiz (Lobo), entrañable ficticiano. Recientemente, con las visitas al pasado, lo recordamos y empezamos a hacer pesquizas. Confirmamos que un ficticiano jamás deja de serlo. En este nuevo lugar, que también es tu lugar, se te recuerda y espera con cariño.
En la marina:
Concurso "El viaje"
Lobo.
10 de Septiembre de 2001 a las 04:41
Viajó hasta ese rincón del universo para protestar ante Él por las miserias humanas y para hacerle entender que las diferencias de color entre los hombres eran causa de los sentimientos de superioridad, de ambición, de envidia y de temor, provocando con ello que se mataran entre hermanos.
Y en representación de la humanidad gritó de frustración. Gritó de dolor y gritó de impotente enfado ante lo que acabó por comprender en ése sitio; pues en vez de encontrarse cara a cara con un ser divino - un ente descomunal -, sólo vió un trono de piedra que los eones habían derruido y entre los restos encontró un polvoso cartel que decía:
“SEDE OFICIAL DE LA DIVINIDAD”
-VACANTE-
Tomado de su blog www.aullido.com.mx
De la ficción a la realidad
Invitaciones
"Ficticia, ciudad de cuentos e historias. Prohibida la entrada a poetas..."
Aún hoy me pregunto si esa prohibición explícita (aunque nunca puesta en práctica) fue la razón para que mi vela se decidiera a circunnavegar y terminara por recalar en el otro extremo del universo.
Ficticia, ficticia, ay, ficticia... Vuelves a mí, como vuelven los trinos tras el invierno, como vuelve a la mente el recuerdo de la mujer amada, al percibir un aroma parecido a su perfume flotando en la brisa, o como vuelven de golpe el sudor de los sueños trasnochados, la pulcritud de las sábanas intactas, las ilusiones vencidas y los monstruos bajo la cama.
Quizá sea así, porque así deba de ser. No de balde me adentré en sus calles y merodeé por sus callejones, donde las emociones y las pasiones se exaltan al cobijo de la oscuridad, y no de balde mi alma se quedó prendida de sus plazas y avenidas, de sus turistas y de sus habitantes, al punto de quererla mía.
El título de ciudadano ficticiano todavía permanece indeleble bajo mi piel, cual tatuaje grabado a fuego, a menos de un palmo de mi corazón. Probablemente ese sea el motivo por el cual en ocasiones salta de alegría y, en otras, se ve embargado por la nostalgia, a causa de los tiempos idos. Esta es una de esas ocasiones, y ello como resultado del reciente reportaje que escribiera sobre Ficticia Sandra M. Hernández Flores, a quien cariñosamente acostumbro nombrar Sandy.
Sandy es una Licenciada en Comunicaciones que, si bien no se equivocó de vocación, estuvo un poquito falta de tino a la hora de elegir el campo donde desarrollaría sus actividades profesionales (siempre se lo he dicho); pues debido a la tersura de su acento, a la sensual calidez de su voz y a la frescura de su risa, desde el primer instante debió establecerse en la radio y apoderarse de un micrófono para no dejar que se lo arrebataran jamás. Seguro estoy de que, sin importar cuales fueren las notas del día, al escucharlas de su boca resultarían más amables para nuestros oídos y nos crearían menos pesadumbre cuando fueran trágicas. Ni qué decir cuando fueran alegres y nos dejaran rebosantes del optimismo que le imprime a todo lo que ella hace.
Oriunda del norte del país y orgullosamente mexicana, ha deambulado también por las calles de Ficticia y actualmente colabora como reportera en el diario digital Extra de la Laguna (www.extradelalaguna.com.mx), para el cual realizó el reportaje que les mencioné más arriba y que lleva el título homónimo de "Ficticia, ciudad de cuentos e historias" (pags. 6 y 7).
Para quienes deseen enterarse de su contenido (y posiblemente reconocerse en sus letras), aquí les dejo el enlace para que descarguen la versión PDF del diario digital: Archivo PDF
Y para aquellos quienes la conocen y estén de acuerdo conmigo acerca de que debería estar tras un micrófono, los animo a que se lo hagan saber por medio de sus comentarios o a través de mensajes que pueden escribirle utilizando el formulario de CONTACTO (localizado en la parte superior de esta página), mismos que le haré llegar con todo gusto.
Saludos, y hasta la próxima.
Hola Lobo, qué bueno encontrarte por aquí. Se te extraña, ya no se escuchan tus aullidos...Como te dije en Fb, te espero en la próxima luna llena...
ResponderEliminarAcabo de ver todos los comentarios a tu mini y no está el mío, pero miré la fecha y todo se explica: era el 10 de Septiembre de 2001. Un día después, desde el sillón de la casa de mi madre, en Buenos Aires, vi el impacto de los aviones en las torres gemelas.
ResponderEliminarGracias por recordarme, querida Miriam. Y no te preocupes por la presencia o ausencia de comentarios; me basta con saber que, en la luz o en la sombra, detectas mis pasos y estás ahí para mí.
ResponderEliminarLobo... Un gustazo saludarte por aquí.
ResponderEliminarEspero que todo vaya bien por allá, en tus cercanías.
Un abrazo
El gusto es mío, águila; por acá todo está bien, ya sabes que nada cambia y que, cuando cambia, es para seguir igual.
ResponderEliminarDonde parece que estuvieron buenos los madrazos fue en Madrid.
Ese sí que debió ser un buen espectáculo; aquí puras balas, tantas, que ya hasta aburren por zumbonas... Incluso, me dicen que algún vivo -de los que nunca faltan- está comercializando con mucho éxito una especie de matamoscas que resulta muy efectivo para esos menesteres, sobre todo cuando se reúnen en gran número -formando nubes sobre nuestras cabezas- y no nos dejan platicar, porque nos la pasamos manoteando.
Lobo, es un gusto conocerte, aunque sea en fotografía y mandar un saludo. Espero que nos sigamos leyendo en Ficticia.
ResponderEliminarEl gusto es mío, estimado Fictious III. También te mando saludos y nos seguiremos leyendo, donde quiera que coincidan nuestras letras.
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