PORRA MAYO – 2011
TEMA: LOS SENTIDOS
TEMA: LOS SENTIDOS
Los sentidos |
Minificiones que obtuvieron el mayor núnero de apuestas de los porristas
Primer lugar:
“Doble peligro"
de eneas — José Manuel Ortiz Soto
No conforme con el daño que su canto causaba, esta sirena tendía redes de silencio para atrapar a los marineros sordos.
Segundo lugar:
"En la niebla"
de Wolf — Gabriel Bevilaqua
Éramos trece hombres, trece soledades puestas de dos en dos en el bote, salvo el teniente que, aferrado al timón, se diluía más y más en la niebla hasta ser sólo una voz que cada tanto nos recordaba su presencia. Quién sabe en qué instante, un olor nauseabundo nos obligó a dejar de remar para calarnos unos pañuelos. Un camarada sugirió entonces que esperásemos a que bajara la niebla, que desobedeciéramos al teniente, que teníamos una oportunidad. Un “¡Remen!”, enfático como un látigo, nos volvió al silencio y la obediencia.
Yo conocía bien al teniente, éramos los dos únicos veteranos en el bote, y sabía que jamás admitiría que nos habíamos extraviado y que la misión ya no tenía sentido.
En realidad, ni la niebla ni el que estuviéramos ―hace horas, quizás días― dando vueltas en círculos me preocupaba; pero aquel olor cavando hasta nuestras almas, era distinto… Tanto que pensaba seriamente en arrojarme a las aguas cuando dimos contra algo. Entonces la niebla, como si nunca hubiera existido, se disipó y nos enfrentamos a otro bote, idéntico al nuestro, con los cuerpos de trece hombres en avanzado estado de descomposición.
Sin inmutarse, el teniente apartó el bote intruso y ordenó que continuáramos remando; a la vez que la niebla, junto al olvido del hallazgo, volvía a caer sobre nosotros.
"Crónicas de Chauburgo (El perfumado)"
de Ferjaad
1
Bastaba tenerlo a un par de metros para sentir el aroma que desprendía su cuerpo. Los perros se alejaban del camino al olfatear el perfume de su piel. Lugar donde se plantaba, lo llenaba de buenos sentimientos, de palabras amorosas, de perdones y de “adiós rencores”.
—Yo no huelo nada —respondía a la molestísima pregunta recurrente. —Channel número 50 —replicaba a las señoras que lo detenían en el parque.
2
Un día se cansó y dejó la ducha; cabello, barba y bigotes le crecieron silvestres. Lo demás (la pérdida del empleo, la empedernida soltería y la carencia de familiares) contribuyó a darle un aire romántico entre los sanjuaninos. Para su suerte, o desgracia, el perfume no lo abandonó.
3
Se instaló en el kiosco de la plaza con el permiso del alcalde. El olor llenó el centro de la ciudad y atrajo al turismo. Nos habituamos al aroma y olvidamos al perfumado.
4
Años después, al remodelar el kiosco, apareció hecho una momia. Alguien sugirió volver a meterlo, tapiar la puerta, ofrecer al visitante una estatua, una placa. Y el alcalde tuvo la idea del respiradero, un ladrillo faltante por donde, a cambio de cinco monedas, aún puede uno asombrarse al acercar la nariz y sentir el indescriptible, fabuloso, siempre inquietante aroma de Juanito el perfumado.
Tercer lugar:
"Suzie"
de Wolf — Gabriel Bevilaqua
Los gatos de Kaeronel son invisibles a los ojos de los perros. Resulta impagable ver cómo le toman el pelo a los más terribles e inicuos canes. Cuando concluyó mi trabajo en Kaeronel, pese a la prohibición de sacar a los gatos del país, no tuve corazón para renunciar a Suzie. Entonces no sabía que su invisibilidad se invierte fuera de Kaeronel; es decir, con el tiempo se vuelven invisibles a los ojos humanos y visibles a los de los perros. Día tras día, contemplé amargamente como Suzie ganaba esa trasparencia que uno supone sólo propia de los fantasmas. El día que finalmente desapareció, me recuerdo, frente al espejo, acariciando el fingido aire entre mis brazos. Para colmo con la invisibilidad vino el cambio de carácter. De silenciosa como un ángel pasó a alborotadora profesional. Conciliar el sueño se volvió una hazaña. Una noche, extrañado de no oírla salí en su busca. Hallé a un perro gruñéndole al vacío. Luego sobrevino un maullido, unas dentelladas, el silencio. Y, tras la oscuridad de un hilo de sangre, el regalo de verme por última vez en sus ojos.
Cuarto lugar:
"De efectos perdurables"
de vacuo
Había salvado la vida gracias a un novedoso fármaco que le inhibió todos los sentidos. "Así que esto es la muerte", rondó en su cabeza por años, décadas, hasta el día en que sus pensamientos se apagaron.
“Convergencia”
de Fictious III
Demostró ante el público la alteración de la percepción y el engaño a los sentidos por hipnosis. Entonces, afirmó:
–Percibimos aquello para lo que hemos sido programados: la “realidad”. Lo que no coincide con el paradigma de
“lo real”, confunde, se niega o se etiqueta de distintas formas: desde insensibilidad o alucinación, hasta locura.
Luego de una pausa, prosiguió –Pero la realidad y su contraparte, la irrealidad -fantasía o ficción- coexisten: son las dos caras de una misma moneda. Cuando está en el aire, no sabemos cuál de ellas vemos y nos confiamos a los sentidos, producto de la química cerebral y la programación recibida en vida.
Dicho de otra manera, de las ideas preconcebidas que nos han vendido;
como aquella frase que reza: “cogito, ergo sum”– aseguró,
dirigiendo fijamente la vista a quienes escuchaban
que su voz menguaba y veían cómo
se iba haciendo más pequeño
cada vez, hasta volverse
un insignificante
punto negro
al final del
texto
.
"El sexto"
de Fictious III
Sus cinco sentidos no le dan información relevante. Todo está apacible, en silencio y a oscuras. Nada ve o escucha, excepto su propio latido; en la boca, un sabor neutro e insulso; no respira ni percibe olor alguno. Solamente la piel le comunica la tibieza reconfortante de aquel líquido a su alrededor.
Un emergente sexto sentido -vago y somnoliento- le sugiere entonces que aún flota en el vientre materno o bien, que está ahogándose en la bañera.
“Lazos”
de Wolf — Gabriel Bevilaqua
Le prometió al niño que lo esperaría. Ahora, tras la muerte del pequeño, todas las noches los padres escuchan un débil lloro proveniente de su habitación. Ignoran que un amigo imaginario jamás rompe su palabra.
Ganadores de la Porra: Elise y Fictious III
Concurso 140. Mayo - 2011
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