CONCURSO CL MARZO – 2012
JURADO: LUISA VALENZUELA
TEMA:
Carnavales
EN PRIMERA LÍNEA
WOLF — Gabriel Bevilaqua
Exceso de perfección
Nunca me sentí tan defraudado como aquella vez en que, tras laboriosas semanas de preparación para los carnavales, pasé totalmente desapercibido con mi disfraz de hombre invisible.
ENIGMÁTICA
Fuga
Me descuadra que la C se vaya con su cuento a otro lado a engañar y la A, con su anagrama, la siga detrás el juego. Cargada de relatos cortos, la R locuaz a su vez se adelanta a N que, pobrecita, trastabilla con A, V y A, mas pacientes estas que las demás con los lectores de sus novelas largas. La L, disfrazada de zíngara, anima al resto de letras a que se sumen a la comparsa.
Sufro, pues me tienen la biblioteca descolocada.
EL VICO ESCARLATA — Víctor Antero Flores
Descaros
Todos los días llego a casa y me despojo de mis caretas. La de caballero armado, con la que enfrento a los demonios de la oficina; la de amante perfecto, que sostiene mis amores; la de feroz alguacil, para encarar a los morosos; la de gran maestro, con algunos alumnos; la de amable paisano, con los inocentes; caen también la de inventor, mago, guerrero, bufón, catrín, sátiro, adefesio, juez y religioso… me desnudo, y preparo otras catorce caretas para el carnaval de mañana.
MENCIONADAS
WOLF — Gabriel Bevilaqua
El castigo
Se encontraron en la Plaza de San Marcos y, aunque ambos sabían que los suyos no eran disfraces, bailaron, rieron y se amaron como si no hubiera un mañana.
Pero lo hubo.
Un amanecer en el que maldijeron la efímera noche de placer que, aparte de costarle las alas a ella y los cuernos a él, los condenó a la indecorosa tarea de engendrar humanos.
MAR CHELO
Incesto
Alicia palideció: su marido le dijo que irá al depósito por la máscara de tigre que cada año le presta a su cuñado para el carnaval.
SPECTRUM — Gabriel Bevilaqua
Un caballero
La cincuentona concurrió al baile de disfraces con una minifalda, escote y su vieja caperuza roja. Hubo risas y comentarios por lo bajo hasta que el aullido ensordecedor del lobo envolvió la noche en su boca.
ZEN TAURO
Kafkarnavalario
Cuando tras un sueño intranquilo Escarabajo despertó la mañana después de carnaval, se encontró en su cama convertido en un monstruoso Gregorio Samsa. El dinosaurio de Monterroso, que todavía estaba allí, exclamó: “No hay sitio para mí en esta realidad”, y desapareció entre un estruendo de latas que Jekyll-Hide había atado a su cola. Enfermo de libros, un febril Alonso Quijano, celebra las carnestolendas desde lo alto del tejado, baila una contradanza con su armadura, y canta a voz en grito que aquellos no eran tales molinos, sino remolinos con los que el infame Frestón ocultó a los malvados gigantes. El apolillado fantasma de don Juan pugna por traspasar los muros del convento, al acecho y captura de su tan añorado y pubescente botín. En maitines, las postulantes más novicias intentarán ocultar el sabor a naftalina de su aliento y el aroma a flores muertas bajo las sayuelas. La madre abadesa, una avejentada y veterana doña Inés de duro pellejo curtido en mil batallas, no piensa quitarles ojo de encima durante los próximos nueve meses. Mientras, Wendy y Alicia sonríen y agitan con fuerza las aguas del espejo.
Borges coge del brazo a Edipo, y sonriente comenta: "A algunos de los personajes que habitan los estantes de nuestra biblioteca, les resulta imposible no desobedecer a su Creador. Se resisten a lo ya escrito y, con el pretexto del carnaval, continúan añadiendo un epílogo tras otro a sus vidas de papel". Con paso lento, se internan por el laberinto de los senderos que se bifurcan.
CANELITA — Elisa de Armas
Miércoles de ceniza
Arrodillada en el reclinatorio, la condesa se pierde en devociones. Junto a ella el conde, recién despojado de tabardo, máscara y tricornio, contempla, entre vapores de incienso, los doloridos estremecimientos del joven oficiante. Pese a la gloria del todopoderoso rival, no duda que las próximas carnestolendas sus dedos triunfantes volverán a arrancarle el disfraz de mujerzuela y se demorarán recorriendo nuevas marcas rosadas, las huellas que la contrición y el cilicio dejan, año tras año, en la cintura del amante vencido.
TABEMO
Carnaval
A semioscuras en su cuarto, cada noche el obispo se pintaba los labios de rojo. De inmediato se los despintaba y rezaba tres avemarías bajo las sábanas. Aquella noche especial, se los pintó con la luz encendida. Entonces, armado de valor, abrió el cajón con la llave y se puso las bragas. En un santiamén sus mejillas se pusieron del color del carmín y, antes de llegar a la cama, ya había rezado seis avemarías.
.
¡Cuanta calidad artístico literaria! Minis sensacionales, jurados de primer nivel y fotógrafos de mucha valía! Todo esto en la Marina de Ficticia.
ResponderEliminarBellos trabajos con una señora jurado de lujo felicitaciones
ResponderEliminarFelicidades a todos, ganadores y mencionados. Triples y con banda de honor a Gabriel. Gracias a Luisa por dedicarnos su tiempo y su atención.
ResponderEliminarFelcitaciones Elisa y Victor, me alegra que se hayan desenmascarado. Abrazos para ambos, muy buenas minis.
ResponderEliminar