CONCURSO CLXI FEBRERO – 2013
JURADO: MARI ÁNGELES ARREGUI
TEMA:
Días de lluvia
Fotografía de Amélie Olaiz |
PRIMER LUGAR
TELARES - MÓNICA BRASCA
Influencia climática
Canceló nuestra cita a causa de la tormenta. Le ofrecí coche, paraguas, impermeable… Simplemente argumentó: “llueve, ¡y tengo tanto que llorar!"
MENCIONADAS (POR ORDEN DE PRESENTACIÓN)
TEP 254
Singing in the rain
Fue un mal año el de 1952, ni un solo día de lluvia tuvimos; quizá por eso íbamos tanto al cine, a ver llover aunque fuera en pantalla. Una noche la sequía nos alcanzó también ahí, y contemplamos durante hora y media a Gene Kelly desconcertado, paraguas en mano, tratando de improvisar bailes y canciones en las calles secas.
CHESTER TRUMAN
Sedientos de fe
Hace seis años que no llueve. Ya ni siquiera miramos al cielo, salvo para maldecir, y morder el polvo forma parte de la dieta autóctona. Antes, cada vez que veíamos aparecer las nubes por el horizonte, alzábamos la barbilla y abríamos la boca, por si podíamos atrapar alguna gota a dentelladas. Ahora ya no. Ahora, en cuanto las vemos aparecer las ahuyentamos, que no venga a traernos falsas esperanzas. Sólo algunos crédulos, cuando las ven llegar, siguen abriendo la boca. Son minoría, un reducido grupo de incautos que, como nosotros hace años, aún tienen sueños en los que se comen la lluvia a bocados.
CHESTER TRUMAN
Profetas
— Yo creo que al final de la tarde acabará despejándose— susurró Noé un par de horas antes de que todo comenzara.
PIPPER
Los cazadores de lluvia
Antiguamente los llamaban “cazadores de lluvia”. En época de sequía, subidos a los árboles olisqueaban el horizonte en busca de nubes. Aquí, en el pueblo, había más de una docena censados. Ahora las nubes se detectan por satélite. Pero aún mantenemos a un par de ellos, descendientes de los primigenios. Con la cara tiznada, el pelo largo y un nombre con reminiscencias pasadas, constituyen todo un reclamo turístico. Es gente básica, inculta y difícilmente reinsertable a la sociedad. Como árboles ya no quedan, trepan por los postes hasta las antenas del pueblo y gesticulan como salvajes. A los turistas les encanta fotografiarlos y enviar sus instantáneas por wassup. Pagarles no les pagamos, porque no está la economía para dispendios, pero van sobreviviendo con las monedas que les lanzan los extranjeros.
TREMONT
Ecos de lluvia
Se sumergió en sus recuerdos de niña. Se sentía halagada cada vez que le proponían la representación frente a un grupo de gente más joven. Las gotas de lluvia sobre la cara, los charcos en aquello que llamaban calles, el agua escurriendo por los cristales de… ¡cuál era el nombre! ¿Ventanas?... En el nivel 7 todo estaba preparado: el confeti, los focos halógenos, el sonido grabado de los truenos. Una vez más trataría de convencer al público de que hubo un tiempo, no tan lejano, en que las gentes vivieron en la Zona Prohibida. Hoy se propone mostrar la nostalgia de un día de lluvia.
PIPPER
La liturgia
En el pueblo, cuando acecha la sequía, solemos sacar la figura del Santo en procesión. Lo llevamos en volandas hasta la plaza y allí rezamos por turnos ¿Qué no llueve antes del medio día? Le arrancamos un brazo ¿Qué sigue sin llover a media tarde? Le amputamos el otro. Y así hasta la noche. Entonces regresamos a la iglesia con lo que queda del Santo, le ubicamos los miembros en su sitio y lo volvemos a colocar en el altarcito.
El método rara vez funciona, pero intuyo que es la única manera que conocemos de conjugar nuestro odio a los beatos con las ganas de que llueva.
PROSPERINA
Aluvión
Hay días de lluvia que calan de tanto que cae. Por eso, hoy de ayer, en mañana se refugia.
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