CONCURSO CXLV OCTUBRE – 2011
JURADO: GABRIELA ONETTO
TEMA:
El Diluvio Universal
CHESTER TRUMAN
Polizón
Tras cuarenta días y cuarenta noches de interminables lluvias, salió de su escondrijo y oteó el horizonte. Todo eran montañas, desierto. Y entonces le embargó la angustia, esa incierta inquietud que te aborda cuando —iniciado el trayecto y mirando el paisaje desconocido tras la ventanilla— tienes la intuición de que te has equivocado de autobús.
FINALISTAS
LE CYGNE
Génesis
Aún conservaba la esperanza, a pesar de que el nivel del agua nunca dejó de ascender. Hacía tiempo que las cumbres nevadas quedaran en el fondo del mar... Y la monotonía, el horizonte siempre el mismo... Noé moría de fastidio.
Esa mañana nadie creyó lo que se vislumbraba a lo lejos. Sem, Cam y Jafet intentaban describirle a su padre una gigantesca masa de roca sólida a la que se acercaban lentamente. El patriarca se preguntó si el Diluvio habría llegado a su fin.
Cuando el descomunal objeto estuvo cerca, Noé se desplomó exánime y sin fe sobre cubierta, incapaz de asimilar la escena de la Luna flotando en el océano.
Sobreviviente
El diluvio me encontró rendido entre los pechos de una sirena.
SEMIFINALISTAS
ENEAS ― José Manuel Ortiz Soto
Flash informativo
El arca de Noé naufragó y no hay sobrevivientes. Dios se compromete ―en cuanto el diluvio lo permita― a repoblar la Tierra con nuevos prototipos sacados al azar de su chistera.
Del porqué de la desaparición de los dinosaurios
Escuchó del diluvio inminente y el arca, entonces se puso en camino. Cruzó montes, llanuras y ríos todo lo veloz que su enorme cuerpo le permitía. Avanzaba sin descanso para arribar a tiempo; desde lo alto de una montaña divisó la ansiada embarcación y decidió dormir unos instantes para recuperar fuerzas.
Y cuando despertó, el arca ya no estaba allí.
CHESTER TRUMAN
El diluvio era esto
Ayer cayó, al fin, la última gota. Hoy han llegado sanos y salvos Noé y el resto de animales. Mañana, supongo que volveremos a madrugar para seguir buscando trabajo.
CAMINOS CORALES
Los oídos encerados
Llovió cuarenta días con sus noches, y al cuadragésimo primer amanecer, Odiseo seguía atado al mástil, la tripulación escondida, y las sirenas por ningún lado.
ENEAS ― José Manuel Ortiz Soto
Dualidad
Hundido en su sillón, Dios mira llover. Es el día cuarenta por la mañana, pero la oscura bruma no permite saberlo. En los escarpados picos de las montañas más altas, animales y humanos se disputan un palmo de tierra que, minutos después, yace bajo el mar. Son las agotadas aves migratorias las últimas en caer. En medio del océano anegado de muerte va el Arca con los pocos bendecidos. Aquello es todo lo que queda de su gran obra. Dios no puede más con tanto dolor y dispara...
ENDIMIÓN ― Gabriel Bevilaqua
Preámbulos del motín
«No creo que Noé desconfíe de Dios ―dijo la serpiente en medio del corro de animales―, pero les juro por mi piel que lo vi ocultar un flotador entre sus pertenencias».
MENCIONES
ZEN TAURO
Historia de un secreto a voces, contada por el cuervo que lo vivió
Tras cuarenta días con sus cuarenta noches de excrementos, penuria y zozobra, cuando Noé y los suyos atracaron en lo alto del monte Ararat, encontraron cientos de Arcas piratas repletas con parejas de hombres y mujeres que, entre los más molestos, ruidosos y malvados, celebraban el fin del crucero.
Bajo las aguas, sólo habían perecido los humildes, callados y discretos.
Exclusividad
Agobiado por la bruma y el frío, pasaba los días bajo cubierta haciendo lo que tanto le placía:
—Después de esto, verás lo que pagarán por una simple pareja de chanchos —comentaba Noé a su esposa, mientras manejaba el ábaco con maestría.
PANDITA
La verdadera historia del diluvio
Quizá fue un mal entendido que el tiempo, los escribas y copistas se encargaron de enredar aún más. La realidad fue que la rudimentaria obra de Noé, con la que ufano pretendía conquistar los siete mares, provocó el llanto incontenible de Yahvé durante cuarenta días y sus noches. Luego, en castigo a su soberbia, terminó en la cima de una montaña con todo y arca.
ANOPHELES
Mimetismo
Al cabo de varios días de navegar, en conferencia con Dios, Noé se quejaba con amargura de los camaleones:
—Son unos verdaderos tramposos, Señor. No sé de qué artes se habrán valido, pero los muy ladinos me tomaron el pelo en el abordaje. Cada día descubro al menos uno nuevo en las distintas secciones del arca.
ALARCÓN ― Gabriel Bevilaqua
El juego
En un negocio perdido de la avenida Libertad, le compré a un viejo un juego original por dos mangos. Me dijo que me lo vendía porque consideraba que yo lo iba a apreciar. “Vejete mentiroso”, pensé, y le hice encender la máquina para probarlo. Me gustó. Apenas llegué a casa me encerré a jugar.
Se trata de reunir unos animales para llenar un barco y así salvarlos antes de que Dios desate una lluvia que los ahogue a todos. Se puede elegir entre cazarlos o invitarlos a subir. Voy bien, sólo me falta cazar una pareja de elefantes para ganar.
Cuando despliego con un doble clic el mapa para comprobar qué lugares aún no exploré, comienza a llover. La leyenda LOSER titila en la pantalla. De repente siento como el agua moja mi cara.
―¡Este juego es lo máximo! ―exclamo.
Y me dispongo a intentarlo de nuevo pero el mouse se desvanece de entre mis dedos, le siguen el teclado y el monitor. Me quedo a oscuras. Tengo frío. Enseguida unos relámpagos lo iluminan todo y me descubro con el agua hasta la cintura. A la distancia avizoro al viejo sobre la cubierta del navío que se aleja.
ENIGMÁTICA
El diluvio universal
Atribuirle el mayor genocidio de la historia resulta atropellado e inoportuno: todo el mundo sabe que cualquier acto de Dios surge del infinito amor por su Reino.
El fallo y demás consideraciones de Gabriela Onetto, en la Bitácora de La Marina.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario