CONCURSO CXLII JULIO – 2011 (10º ANIVERSARIO)
JURADO EMERGENTE: LA PORRA
TEMA:
Una mini con final inesperado
© Rosa Delia Guerrero, Fantasmas de Reims |
PRIMER LUGAR
ENEAS ― José Manuel Ortiz Soto
Pasos
Ahí estaban junto a la cama los zapatos de papá. Los usaba siempre al volver a casa: pregonaban su andar inconfundible. Viejos, eternos, tan suyos.
—Si por mí fuera, ya los habría tirado —decía mamá con un dejo de melancolía contenida en la voz.
Crecí mirando aquellos zapatos; cada mañana al despertar iba hasta la habitación de mamá a ver si continuaban en su sitio. No perdía oportunidad de meter mis pies y sentir en su abismo tan siquiera un poco de lo que había sido papá.
Ayer, cuando mamá escuchó el sonido fantasmal de pasos acercándose desde el pasado, se sobresaltó. Su rostro se relajó al ver que era yo.
—¡Cuánto has crecido! —me dijo.
Esta noche mis zapatos descansan junto a nuestra cama.
SEGUNDO LUGAR
HOMLESS
La boda
Después de tocarme la lotería fui tras el sueño de mi vida: casarme con cien mil vírgenes. Viajé al África, me compré una tribu y ordené a mis súbditos que reclutasen por toda la región a cien mil muchachas con la flor intacta. Hoy, en mi noche de bodas, todas esperan impacientes a que cumpla maritalmente con ellas. Pero no será así. En cuanto termine estas líneas saldré por la puerta de atrás al encuentro con mi amante, la bella Daniela.
Por fin he comprendido que mi verdadero sueño no era casarme con cien mil hembras estrictamente vírgenes, sino la satisfacción de ser infiel a todas ellas a la vez.
TERCER LUGAR
ALARCÓN — Gabriel Bevilaqua
Montería
Tras soltar a los perros, el baqueano me informa sobre la liebre flautista. Dice que su música encanta a los cazadores. «Nadie que la haya escuchado ha vuelto a la civilización», sentencia, y, mientras advierto lo singular de sus orejas, saca una flauta.
CUARTO LUGAR
GATA BLUES
Escritor frustrado
Ni escribiendo puedo expresar mis emociones; de llorar se me corre la tinta.
Salvador
Dicen que fui un héroe por salvarle la vida a mi mejor amigo. Yo pienso diferente: le salvé la muerte, porque sigue intacta, planchada y almidonada en su empaque original; lista para cuando se decida a usarla de nuevo.
Post data
Aquella noche, la realidad era algo ajeno a cualquier certeza, el ritmo de la música movía el escenario. Los personajes se vestían de arlequines, los rostros de mimos deambulaban mientras el tránsito de los vehículos zigzagueaba, luciérnagas-viajeras. El licor de Antioquia, el Vodka y los sabores caminaban entre dos árboles milenarios que se encontraban en la calle peatonal. Viernes por la noche, nada permanecía quieto, todo iba y venía en una agitación llena de calma. Reposo, ir despacio, flotar entre las sombras deteniendo los pasos de los trotamundos. Los rótulos colgaban del cielo: Tirana, Anonymos escrito en vertical y horizontal, compartiendo la misma “o”; un poco más allá Isola, un océano azul alrededor.
Las alas nos dieron el pretexto para volar y transformarnos en el otro. Dejamos de ser lo que éramos sin imaginarlo. En ese instante, me di cuenta de que no te conocía.
La cabeza de león
Un tío me heredó una cabeza de león. Decidí colgarla en la sala pese a las protestas de mi mujer. A poco, mientras leía el periódico, una voz me dijo:
―¿Algo interesante, che?
Era la cabeza de león la que me hablaba. Me contó que se llamaba Tito y que había sido desde siempre el mejor amigo de mi tío. Entre nosotros también nació la amistad. Pasábamos largas horas encerrados en la sala, jugando al póquer, tomando té y fumando habanos.
Un día descubrí una carta de amor entre las cosas de mi mujer.
A la mañana siguiente le hice creer que estaba en la sala como de costumbre y la seguí hasta un hotel. En pleno acto carnal les vacié el cargador.
Volví a mi casa y le referí a Tito lo que había hecho. Tras un breve silencio, dije:
―La policía pronto vendrá por mí, ¿jugamos una última partida?
Las cartas se nos empaparon de lágrimas.
Yo lloraba por mi mujer, Tito por mí. Se resistía a imaginarme en la cárcel.
Cuando la policía derribó la puerta de la sala, lo único significativo que hallaron fue el full de reyes con que Tito me dejó ganar por primera vez, y uno de mis zapatos entre sus fauces.
Encuentro
—¿Qué es de tu vida?
—Lo de siempre: trabajo, más trabajo, problemas, preocupaciones, poco dinero, escribir y ahora, el huertito como escape —respondí.
—¿Tienes un huerto?, ¡genial! ¿Dónde?
—En la azotea.
—¿Y qué cultivas?
—Alter egos…
El fallo del Jurado Emergente (La Porra), en la Bitácora de La Marina.
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Gracias a La Porra por su selección. Y felicitaciones al resto de los aporreados.
ResponderEliminarSaludos minificcionales.
Es una excelente selección, muy buenos todos, con sus finales tan inesperados. Geniales, divertidos.
ResponderEliminarUn beso y mis felicitaciones. Buen trabajo.
felicidades a todos, son muy buenas...
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