Mónica María Brasca |
Nací en Rafaela,
provincia de Santa Fe, Argentina, en 1957. Vivo en la ciudad de Santa Fe, donde
me trasladé para estudiar, me quedé a trabajar y formé mi familia.
Escribo desde
siempre. Todo lo que estudié está relacionado con las palabras: traductorado de
inglés, portugués, corrección de textos en español. Justamente una etapa muy
prolífica fue la de estudiante; de esa época quedaron unos cuantos poemas y
algunos intentos de tramar historias. Después llegó la vida en familia, deseada,
elegida, pero que demanda y merece mucha dedicación. Justamente, ver a mis
hijos grandes y encaminados me dio una sensación de “misión cumplida” que me
permitió retomar el deseo y la necesidad de escribir. Durante muchos años mis papeles
convivieron en un único y secreto cajón. Un día retomé los hilos sueltos de mis
relatos y al ver cuánto en común había entre ellos, comencé a entretejerlos hasta
encontrarles el punto final. Se disipó después el pudor de mostrarlos, y la
respuesta fue maravillosa.
Mi primer
microrrelato lo escribí en 1980, claro que en esa época “no sabía lo que hacía”;
es decir, no tenían nombre reconocido. En 2012 participé del primer concurso de
la Microbiblioteca, de Barcelona, y gané una final mensual. Entonces surgió la
necesidad de tener un blog para poder interactuar y conectarme con otros
escritores, al que llamé “Papeles sueltos”. Así es como, en el mismo año 2012 y
gracias al contacto con otros minificcionistas, llegué a ese generoso taller
que es la Marina de Ficticia, primero como participante y después también como
tallerista.
Mis trabajos integran
antologías nacionales e internacionales. Tengo inédito un libro de minificción
al que bauticé “Lugares vedados”, por aquel primer cuento con el que debuté en
concursos. Muchos de los textos que integran el libro son “cosecha Ficticia”; es
decir, surgieron de participar de la convocatoria mensual del taller. También
estoy concluyendo un libro de cuentos titulado “El camino de regreso”.
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