CONCURSO CLXXXV
JURADO: AGUSTÍN CADENA
TEMA:
Crimen
Rafael Álvarez Ortega, Asesino |
PRIMER LUGAR
PIPPER
Reminiscencias
Después de su paso por el Centro de Reeducación Social, es un hombre nuevo. Atrás quedaron veinte años en el hampa, donde matar era una manera de llegar más holgadamente a fin de mes. Ahora atiende tras una ventanilla del ministerio repartiendo formularios. A veces, cuando alguien le recrimina su actitud indolente, le afloran pequeños tics de su pasado. Pero nada serio. Si acaso, puede llegar a recordarte (eso sí, con exquisita educación) que sabe perfectamente a qué colegio van tus hijos.
SEGUNDO LUGAR
ROSALES
Preso
Se despertó aterrado, con la cara desencajada y sudoroso. «Soñé que me cargaba a un tipo en una reyerta», le dijo a su mujer. Al día siguiente, volvió a despertarse alterado. «Me persigue la policía y los amigos del malnacido que maté». Evitó dormirse por miedo a sucumbir ante la misma pesadilla. Horas después, su cuerpo lo traicionó y cayó rendido en el sofá. Desde entonces, no ha vuelto a despertar y los médicos fracasan en los intentos de recuperar su conciencia. Mientras su mujer insiste en recordarles esta misma historia a los galenos, con la ansiedad de no saber si su marido se encuentra retenido en una cárcel.
TERCER LUGAR
SUEÑO LÚCIDO
Crimen perfecto
Lo consumía el prurito de contárselo a alguien, aunque sabía que eso sería su perdición. El viernes, en la tertulia, explotó como una bomba. Contó todo, sin que faltara un solo detalle: motivos, oportunidad y medios, cómo se había salido con la suya y por qué nadie sospechaba de él. Sus amigos se desternillaban de risa al oírlo jurar y perjurar su culpabilidad. Cuando vio que no tenía forma de probar que él era el asesino, entendió, horrorizado, que había cometido el crimen perfecto.
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