De entre las minis ganadoras en primer lugar de las Regatas y las Porras del pasado año, un jurado conformado por Agustín Cadena (como escritor invitado externo), Miriam Goluboff Scheps (como representante de la Coordinación) y Alfonso Pedraza (creador del Taller de Minicuento de Ficticia), ha elegido como la mejor minificción de la Marina del año 2011 a «Filius philosophorum», de Elisa de Armas.
Filius philosophorum
Tras años de introducir dentro del crisol la mezcla de pelos, piel y esperma y de rodearlo con estiércol de caballo para mantener la temperatura, el viejo alquimista vislumbra por primera vez en su fondo la criatura quebradiza, casi sin sustancia, aún carente de vida. En secreto la alimenta con sangre humana hasta que, al fin, una madrugada lo despiertan sus gemidos desconsolados. Las impacientes manos del anciano extraen del recipiente un homúnculo de piel rosada, perfectamente constituído, aunque de un tamaño mayor del que imaginaba e, incapaz de calmar su llanto, reclama la ayuda de su joven criada que acude presurosa, se desabotona el corpiño, acerca al pequeño ser a su pecho y lo deja succionar hasta que se calma.
El entusiasmo por el éxito de su experimento no permite al sabio apreciar las ojeras de la muchacha, ni la repentina estilización de su cintura, ni el alivio que refleja su rostro. Mientras tanto, en el corral, las gallinas picotean el cadáver semitransparente de un hombrecillo diminuto.
Elisa de Armas
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